Cinco situaciones por las que atraviesas cuando dejas de fumar

Tu ropa ya no huele a cigarrillo. Cuando dejas el cigarrillo, por fin empiezas a transmitir el olor de tu perfume, descubres tu humor y empiezas a disfrutar de todos los olores de tu alrededor.

Después de cenar es muy probable que no te soportes ni a ti misma. Es normal, tus hábitos han cambiado, ahora en lugar de fumar, podrás disfrutar de un buen libro, de una buena canción o una película interesante.

Tienes ataques de ansiedad. No puedes quedarte quieta un instante, por lo que siempre tendrás ocupadas las manos, con cualquier objeto que reemplace el cigarrillo.

Hacer ejercicio ya no es un problema. Seguramente cuando practicabas algún deporte te ahogabas o te cansabas más rápido, ahora todo es distinto, una buena rutina es la mejor respuesta a tu decisión de haber dejado de fumar.

Tienes más dinero en tu billetera. Si te preguntas ¿Por qué? Es sencillo, todo el dinero que gastabas en cajas de cigarrillos ahora es tu mejor hábito ahorrativo.

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