Pixabay / A partir de los 40 años, a cualquier mujer le puede llegar la menopausia.
Sabemos que para muchas mujeres la llegada de la menopausia es un trauma, que tiene consecuencias físicas y psicológicas. Entre los síntomas más comunes están los afanes injustificados, la sudoración, las palpitaciones, el insomnio, los mareos, los amagos de depresión, el llanto sin motivo aparente...
A esto se suman los cambios en el cuerpo: la distribución de la grasa no es la misma y, lo que es peor, las mujeres aumentan de peso porque sí. Además, tienen dolores articulares y musculares arbitrarios y erráticos, y, en general, no se sienten bien. Un panorama desolador.
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La ansiedad y la menopausia
Entre los 40 y los 50 años, la mujer pasa por un ciclo llamado climaterio en el que la menstruación se desajusta y se producen los primeros síntomas de la menopausia, por los cambios hormonales. La menopausia, propiamente dicha, ocurre cuando pasa un año desde la última regla. Ese es el momento en el que el cuerpo de la mujer se declara en revolución total.Algunas creen que los síntomas de la menopausia son inevitables, pero están equivocadas. La ansiedad en la menopausia puede y debe tratarse a tiempo para que no termine en una depresión de la que será más difícil recuperarse.
Las causas de esta ansiedad son físicas, ya que los cambios hormonales conllevan cambios emocionales, pero también hay que tener en cuenta factores como los años, que pueden ser determinantes, ya que llegar al final de la edad reproductiva es una realidad difícil de asumir.
¿Qué hacer?
La naturaleza, como siempre, nos da recursos. La hierba de San Juan, la pasiflora o la valeriana son ideales para evitar que un trastorno de ansiedad se convierta en un riesgo para la salud.Es importante que la mujer asuma este periodo con optimismo. La ansiedad de la menopausia se trata con éxito, pero hay que poner esfuerzo.
Para empezar, se debe reducir el consumo de cafeína y alcohol, comer alimentos sanos y complementar con vitaminas, realizar actividades físicas y de ocio con la pareja o los amigos, practicar yoga y meditación para lograr un equilibrio físico y mental, y buscar a un profesional de la medicina para recibir la orientación adecuada.
Un estilo de vida saludable
Nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio. Especialmente si entendemos que el deporte ayudará a fortalecer y tonificar nuestro cuerpo (al perder masa muscular todo empieza a doler), evitará la osteoporosis (sin la menstruación, dejan de producirse estrógenos que protegen el corazón y regulan la asimilación del calcio), y, lo que es más importante, hará que liberemos endorfinas que nos subirán el ánimo y nos permitirán manejar la ansiedad.Se recomienda hacer pilates, nadar, ir al gimnasio, trotar, ejercitar las piernas, fortalecer la espalda y robustecer la cadera.