Los beneficios de un buen abrazo y cómo darlo según la ciencia

El abrazo es tal vez uno de los gestos de cariño y amor más significativos que puede haber, pareciera un acto sencillo, pero la verdad es que hay toda una ciencia detrás. Diversos científicos lo han estudiado y han determinado cuáles son los factores que influyen positivamente en el momento de dar uno.

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Si bien algunas personas huyen de estas demostraciones de afecto, que incluso llegan a manifestar que los hace sentir incómodos, en realidad es algo necesario, no solo por el sentimiento que posee, también porque ayuda a reducir el estrés y científicamente nos hace sentir mejor.

Sin embargo, hay algunos detalles a tener en cuenta para dar el mejor abrazo de todos y así lograr un mayor impacto, el tiempo, la forma de ubicar los brazos, la presión que se ejerce, etc. Sebastian Ocklenburg, experto en psicología, realizó un estudio sobre los abrazos y comparte cuáles son las características que destacan un buen abrazo y cómo hacerlo mejor que nadie.

Así se da el mejor abrazo del mundo

La duración del mejor abrazo del mundo depende de a quién se lo das, la ciencia específica que el tiempo optimo es entre 5 a 10 segundos. Si dura más eso podría incomodar, a menos que haya la suficiente confianza.

En cuanto a la presión, es otro elemento que depende de la relación que hay con el otro, a mayor presión más positivos son los sentimientos, así que entre más quieras esa persona, más presión puedes ejercer.

Al hablar de la posición de los brazos, los estudios científicos mencionan que, aunque la mayoría empieza con el brazo derecho, el izquierdo lidera cuando se trata de una situación muy emotiva. Así que para demostrar todos tus sentimientos lo mejor es que inicies el abrazo con el lado izquierdo.

Hay otros factores dignos de prestar atención, como cuál es el contexto en que se da el abrazo, las personalidades o actitudes de cada uno, la cultura de la otra persona, que tal vez son elementos más difíciles de descifrar. Lo que sí puedes hacer es dar ese abrazo con todas las ganas y decirle adiós al estrés, tanto el tuyo como el de la otra persona.