En una sociedad cada vez más consciente de la importancia de la salud mental y las diferentes maneras de tratarla.
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A través de terapia, ejercicios con expertos o psicólogos especializados, el interiorismo emocional, entendido como la adaptación de los espacios, su decoración a la psicología y las emociones humanas, se roba cada vez más el protagonismo, sobre todo en una época en las que las nuevas modalidades de trabajo hacen que las personas pasen cada vez más tiempo en su hogar.
¿Qué es la organización de los espacios?
Con cifras del 2021 de la Organización Panamericana de la Salud, después de la pandemia los estudios muestran altas tasas de depresión y ansiedad, entre otros síntomas psicológicos, especialmente entre las mujeres y los jóvenes.
Mientras que un estudio de Ipsos Global Advisor para el World Economic Forum, encontró que un año después del inicio de la pandemia, un promedio del 45 % de los adultos de 30 países encuestados informaron que su salud emocional y mental se había deteriorado.
Ahora que la salud mental se ha convertido en un tema importante, el interiorismo emocional cobra cada vez más relevancia.
Teniendo en cuenta esto, los espacios y la forma en que estos estén predispuestos, impactan ya sea de manera positiva o negativa a las personas.
Esther Rico, profesora del Máster de Diseño de Interiores de la Escuela Superior de Diseño de Barcelona ESDESIGN, destacó algunos aspectos a tener en cuenta para organizar y decorar los espacios de estudio, trabajo, relajación o esparcimiento.
¿Cómo organizar un espacio?
La intención de contrarrestar los efectos del estrés, la ansiedad y otras patologías comunes en estos días se reúne en una óptima organización del espacio.
“Entre los principios básicos para que una persona cuente con un entorno saludable está, como hemos mencionado, respirar aire sin contaminantes. También tener acceso a agua limpia y sin contaminar. Además, tiene que contar, tanto en su vivienda como en su lugar de estudio y trabajo con un ambiente libre de elementos tóxicos.” Indica Esther.
Además, según la experta, para tener un ambiente saludable, los espacios deben tener unos niveles de temperatura y humedad adecuados y más que nada deben estar limpios, lo que evita que las personas estén expuestas a productos químicos y suciedad.
“Un ejemplo de un entorno saludable, es un espacio construido siguiendo unos criterios de respeto con el medio ambiente, este equilibrio general con el ecosistema, hará que la salud física y mental del sujeto sean adecuadas para su bienestar”, agrega Esther.
Además, es una posibilidad que se adapta a todos los presupuestos. A veces basta con que la acomodación de los elementos como muebles, plantas, cortinas, etc., estén organizados de la manera más óptima y armónica posible, que no generen obstrucciones, desorden o que impidan que fluya la tranquilidad en el lugar.
Finalmente, la salud mental, puede apoyarse también de otro tipo de acciones como realizar ejercicio, tener una alimentación balanceada, un adecuado equilibrio vida-trabajo y tiempos de esparcimiento de calidad, que ayudan en conjunto con el diseño de interiores, a mantener una buena salud mental.