Conoce el ABC de la hepatitis

¿Cuáles son los tipos de hepatitis y cómo prevenirlos?

Por Mayo Clinic
08 de octubre de 2018
Conoce el ABC de la hepatitis
Foto: Cortesía.

Foto: Cortesía.

La hepatitis es una inflamación del hígado, cuya afección puede reducirse espontáneamente por sí sola o evolucionar generando complicaciones a la salud de las personas, desde una fibrosis, una cirrosis hasta un cáncer de hígado. La hepatitis es causada principalmente por los virus de la hepatitis, sin embargo, pueden existir otras causas como otras infecciones, sustancias tóxicas en exceso (por ejemplo, el alcohol o determinadas drogas) o enfermedades autoinmunitarias.

La Dra. Stacey Rizza, experta en enfermedades infecciosas de Mayo Clinic, nos explica cuáles son los tipos de hepatitis más frecuentes y cómo podemos prevenir estas afecciones:

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Hepatitis A

Este tipo de hepatitis es una condición viral altamente contagiosa que causa inflamación afectando el funcionamiento del hígado. La hepatitis A comúnmente es contraída por alimentos contaminados, agua o alguien que ya tiene la infección.

Los casos leves no requieren tratamiento y la mayoría de quienes se han infectado se recuperan completamente sin algún daño permanente en el hígado. Las vacunas están disponibles y se recomienda aplicarla en niños de 1 año, para niños mayores que no recibieron la vacuna al cumplir el año y para las personas que viajen a lugares con alto riesgo de enfermedades, entre otros. Tener una buena higiene en las manos es una de las mejores formas para protegerse contra la hepatitis A.

Hepatitis B 

Para algunas personas, la infección de hepatitis B se vuelve crónica, conduciendo a una falla en el hígado, cáncer de hígado o cirrosis (una condición que causa cicatrización permanente del hígado). Se propaga a través de fluidos corporales, la mayoría de las personas infectadas, como los adultos, se recuperan completamente, incluso si los signos y síntomas son severos. Los bebés y niños tienen mayores probabilidades de desarrollar una infección crónica de hepatitis B.

Aunque no existe una cura para la hepatitis B, las opciones de tratamiento están disponibles y la vacuna puede prevenir la enfermedad. La vacunación es recomendada para los bebés, niños que no fueron vacunados en la infancia, personas que están siendo tratadas por una infección de transmisión sexual, personas que trabajen en salud y otros que puedan entrar en contacto con sangre en sus trabajos, personas que estén en el último grado de enfermedad en el riñón y personas que viajen a lugares con altos niveles de hepatitis B, entre otros. Si una persona ya fue infectada, debe tomar ciertas precauciones para evitar la transmisión de la hepatitis B a otros.

Hepatitis C

La mayoría de las personas infectadas con el virus de la hepatitis C no tienen síntomas. Y en muchos casos, no saben que tienen la infección hasta después de tener una falla en el hígado y luego de varios exámenes. Generalmente considerado como uno de los más graves de los tres virus, la hepatitis C se transmite a través del contacto con sangre contaminada (comúnmente a través de agujas compartidas). La infección por hepatitis C se trata con medicamentos antivirales que buscan erradicar el virus del cuerpo.

“La infección por hepatitis C puede ser asintomática, pero con el tiempo aparece típicamente a través de problemas en el hígado”, dice la Dra. Rizza. También asegura que los síntomas y la enfermedad puede ser más agresiva dependiendo del sistema inmune del paciente “Esto puede pasar más rápido si el sistema inmune de la persona disminuye debido a otras condiciones como la vejez”

Además, la Dra. Rizza recomienda ser cuidadosos con la prevención, pues estos virus pueden transmitirse de diferentes maneras como: a través de los alimentos, agua contaminada, relaciones sexuales sin condón, de la madre al hijo durante el embarazo o parto, al compartir objetos de higiene personal, por tatuajes o manicura con elementos no estériles, agujas infectadas, entre otros.

Todas las formas de hepatitis deben ser tomadas en serio, puesto que en los últimos años ha aumentado el riesgo de contraerlas, por eso es una buena idea preguntarle a su médico de cabecera sobre exámenes para el virus durante algún chequeo regular.

Por Mayo Clinic

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