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De nuevo levanté el celular para llamar a mi mamá.
— ¿Podrías quedarte con Lucas esta tarde mientras llegamos de la oficina? –le pregunté apenada.
Sigue a Cromos en WhatsApp— Claro, yo feliz. Llego del trabajo a las 6:00 y se lo recibo a la niñera –me contestó.
Tenía vergüenza: a mi esposo y a mí se nos acumuló trabajo para el fin de semana y tuvimos que recurrir a mis papás para que nos ayudarán a cuidar a nuestro bebé de seis meses. Un par de días después, nuevamente nos enredamos en la oficina y tuvimos que pedir auxilio.
Soy consciente de la felicidad que les da a los abuelos estar con sus nietos. Pero la tarea de cuidarlos no siempre es fácil. Lucas tiene horas grises en las que se desespera y solo el pecho de la mamá lo calma. Así que a veces me avergüenza pedirle a la abuela que, después de un largo día de trabajo, lo entretenga mientras yo me desocupo. Ella, como todos, llega cansada y con ganas de meterse a la cama. Además, hay que tener en cuenta que los años no pasan en vano y Lucas cada día pesa más, se mueve más, exige más.
En esos días de vergüenza encontré un estudio que me dio cierta tranquilidad y, en esa medida, vale la pena compartirlo. Hace un par de años salió publicado en Evolution and Human Behavior con el título: Cuidar a alguien, dentro o fuera de la familia, se asocia con una menor mortalidad del cuidador. La investigación, realizada por la Universidad Edith Cowan, en Australia, estudió la salud de 516 ancianos, de los cuales 80 se hacían cargo de sus nietos esporádicamente. Después de considerar otras variables, como la edad, la salud o las condiciones socioeconómicas, los científicos encontraron que estas 80 personas vivieron más tiempo que las demás.
De acuerdo con esta investigación, el riesgo que tienen los abuelos de morir en los siguientes 20 años se reduce hasta un 37%. "Muchos de ellos hablan muy a menudo de la felicidad, la satisfacción y el orgullo que sienten cuando cuidan de sus nietos –explicó el médico David Coall, uno de los autores del estudio–. Esta es una de las pocas situaciones en la vida en la que estás haciendo algo y no esperas nada a cambio, y esas ganas de ayudar estimulan sentimientos de felicidad que actúan como un tapón para el estrés". Esa es una de las conclusiones a las que llegaron: actuar de forma altruista tiene beneficios significativos para la salud.
Adicionalmente, el hecho de estar activos, social y físicamente, influye en la salud de los abuelos. “Cuando envejecemos, el ideal es mantenernos activo, interactuar socialmente, estimular nuestro intelecto… Todo eso nos ayuda a envejecer adecuadamente”, le explicó a Motherly Ronan Factora, de la Clínica de Cleveland.
Y esto lo menciona el estudio: “La manera en que se activan los sistemas neuronal y hormonal al cuidar a alguien es un mecanismo que puede reducir la mortalidad humana. Hay creciente evidencia de que estar con los nietos mejora la salud de los abuelos en las sociedades contemporáneas. Por ejemplo, se ha comprobado que tiene un efecto positivo en el funcionamiento cognitivo, el bienestar general y el riesgo de depresión en los abuelos.
Esto no quiere decir, sin embargo, que nos podemos exceder en la pedida de ayuda a los ancianos. También se ha demostrado que los cuidadores que se involucran mucho sufren de estrés físico y psicológico, especialmente si tienen una historia de ansiedad y depresión. Así mismo, vale la pena mencionar que estos datos no aplican en el caso de los abuelos que deben hacerse cargo de sus nietos debido a la muerte de sus hijos.
La hipótesis de la abuela
Aunque se todo parece indicar que el cuidado de los nietos es beneficioso tanto para los hombres como para las mujeres, desde hace unos años se ha venido hablando sobre la posibilidad de que sea especialmente favorable para las abuelas.En otro estudio, realizado en conjunto por equipos de las universidades de Sydney (en Autralia) y de Utah (en Estados Unidos), se sugiere que la longevidad después de la menopausia ha aumentado desde que las abuelas empezaron a ayudar a sus hijas en el cuidado de los nietos. “La ayuda de las abuelas permite que las madres tengan a un segundo o a un tercer hijo más pronto sin arriesgar la supervivencia de los niños que ya han nacido”, dice la investigación. Es decir: al cuidar a sus nietos, las abuelas aseguran la reproducción y la supervivencia de sus descendientes, lo cual aumenta la probabilidad de que sus genes se transmitan a próximas generaciones. Entonces, se concluye que la longevidad de las abuelas puede ser un asunto relacionado, principalmente, con la evolución y la supervivencia de la especie.