El agua de rosas es un extracto natural que se obtiene de los pétalos de la flor. Ha sido muy utilizada como un remedio natural con antioxidantes que hidratan y rejuvenecen la piel y ayudan a la cicatrización y tratamiento de manchas, estrías y arrugas. Estas son algunas de las propiedades de este elixir de belleza:
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El agua de rosas tiene un efecto antiinflamatorio
El agua de rosas ayuda a reducir el enrojecimiento de la piel y a tratar afecciones como el acné, dermatitis o úlceras cutáneas. Evita también, la formación de bolsas en los ojos.
Es Cicatrizante
Sus propiedades antibacterianas, aceleran la sanación de heridas, cortes y a atenuar las cicatrices.
Retrasa el envejecimiento
Posee antioxidantes que fortalecen las células de la piel y ayudan a regenerar tejidos. Además, disimula las líneas de expresión.
Elimina impurezas
Limpia profundamente controlando el exceso de grasa y la suciedad acumulada en los poros.
Mejora la calidad del cabello
Sus componentes nutritivos e hidratantes actúan sobre las inflamaciones leves del cuero cabelludo y la caspa. Por otro lado, nutre el pelo estimulando su crecimiento, evitando su caída y dándole un aspecto mucho más saludable.
Alivia el dolor de cabeza
Aplicar pañuelos humedecidos con agua de rosas en la frente, puede resultar un remedio muy útil en caso de migrañas o jaquecas.
El agua de rosas es reafirmante
Su contenido de vitamina B y E, taninos y pectina, lo convierten en un gran tónico que actúa reafirmando la piel.
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Relaja y refresca
Intenta rociar un poco de agua de rosas sobre rostro y cuello cada vez que te sientas cansada y estresada. En pocos minutos te sentirás mucho más reconfortada gracias a su sutil fragancia.
Perfecta para todo tipo de piel
Sus componentes la hacen un tónico perfecto para pieles grasas y secas o con cualquier tipo de afección cutánea.
Foto: iStock.