Aunque el agraz no es tan famoso como el arándano, esta pequeña y vibrante baya morada ha sido apreciada por las comunidades indígenas colombianas durante siglos. Los muiscas y los pastos lo utilizaban no solo por su sabor ácido, sino también por sus propiedades medicinales para tratar la tos, resfriados y fiebre. Incluso, sus hojas machacadas servían para aliviar dolores articulares y musculares.
Hoy en día, el agraz está ganando protagonismo nuevamente, no solo en la gastronomía, sino también en el ámbito de la salud. Si bien puede encontrarse en supermercados por un precio de alrededor de 13 mil pesos por 250 gramos, la mayoría de los frutos provienen de cultivos comerciales. Sin embargo, el agraz también crece de manera silvestre en las orillas de ríos y zonas montañosas, lo que lo convierte en una especie única y poco conocida.
Sigue a Cromos en WhatsAppDesafortunadamente, la falta de reconocimiento de sus beneficios ha llevado a la disminución de su diversidad, ya que algunos agricultores erróneamente lo han eliminado al confundirlo con frutos tóxicos.
La ciencia detrás del agraz como “diamante morado”
A pesar de ser un fruto subestimado, investigadores de la Universidad Nacional (UNAL) y la Universidad Industrial de Santander (UIS) han estado estudiando el agraz, particularmente sus variedades silvestres, para entender mejor sus propiedades nutricionales.
Han descubierto que este “diamante morado” es una fuente importante de compuestos bioactivos, incluyendo los fenólicos y la fibra dietaria. Estos compuestos juegan un papel clave en la salud, ayudando a mejorar el tránsito intestinal, controlar los niveles de azúcar en la sangre y reducir el colesterol.
El equipo de investigación, liderado por el profesor Carlos Eduardo Narváez, ha estado trabajando en un proyecto de mejoramiento genético para aumentar la producción de agraz y aprovechar al máximo su potencial nutricional. Según Narváez, este fruto tiene un futuro prometedor en la alimentación saludable, similar a lo que ocurrió con la papa amarilla en Colombia.
Asimismo, una de las características más sobresalientes del agraz es su alto contenido de fibra. La investigación ha demostrado que las variedades silvestres de Santander contienen mayores niveles de fibra dietaria que las cultivadas comercialmente.
Este hallazgo es significativo, ya que la fibra es esencial para la salud digestiva y puede ayudar a combatir enfermedades como la obesidad y las afecciones cardiovasculares. De hecho, se ha encontrado que el agraz tiene un contenido de fibra comparable al de la linaza, un superalimento ampliamente reconocido.
El agraz también crece de manera silvestre en las orillas de ríos y zonas montañosas, lo que lo convierte en una especie única y poco conocida.
Antioxidantes que protegen tu salud
Además de su alto contenido en fibra, el agraz es una rica fuente de antioxidantes. Los investigadores han identificado compuestos como las antocianinas, que le dan su color característico, y el ácido clorogénico, un potente antioxidante que protege las células del daño causado por los radicales libres.
Estos compuestos no solo ayudan a reducir la inflamación, sino que también pueden regular los niveles de azúcar en la sangre, lo que hace del agraz una opción ideal para quienes buscan alternativas saludables.
Según Heiner Toloza, uno de los investigadores del proyecto, “con solo comer un puñado de agraz, estaríamos obteniendo la misma cantidad de antioxidantes que con una taza de café”. Para quienes no son fanáticos del café, el agraz se presenta como una excelente opción para disfrutar de beneficios similares.
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El futuro del agraz en Colombia
Los estudios sobre el agraz están sentando las bases para un futuro en el que este fruto podría desempeñar un papel crucial en la lucha contra la obesidad y las enfermedades crónicas en Colombia. Con el apoyo de la ciencia y la investigación, se espera mejorar el cultivo del agraz mediante la identificación de variedades más ricas en compuestos bioactivos y fibra, lo que podría llevar a su inclusión en dietas saludables a nivel mundial.
Así, el agraz, que alguna vez fue un tesoro olvidado de las comunidades indígenas, está listo para convertirse en el nuevo superalimento estrella.
*Con información de Agencia de Noticias UNAL
