El blanqueamiento de las zonas íntimas: otra moda peligrosa con tintes racistas

Hay una moda que prolifera en las redes sociales que no solamente podría afectar físicamente a quienes la prueban, sino también azuzar los prejuicios sociales que se esconden detrás de lo que parecería una práctica inocente: el blanqueamiento genital y anal.

Lee en Cromos: Así puede cuidar su piel y cabello, según expertos en dermatología

Este tratamiento hace referencia a la despigmentación de las zonas externas de la vagina y el ano; en el caso de los pacientes masculinos igual se puede hablar de la ingle, la entrepierna y el área del escroto. Existen diversos motivos por los que se da la hiperpigmentación de la zona íntima. El clásico es el paso de la edad, aunque también por desajustes hormonales, la obesidad, un embarazo y el factor genético. Y es aquí cuando se toca la raza, pues hay quienes buscan esta solución por simplemente creer que una tez clara es más bella o estéticamente agradable.

El blanqueamiento anal y genital está disponible en diferentes centros médicos o estéticos que ofrecen tratamientos basados en láser o diferentes tipos de peeling, aunque existen cremas sin registro Invima que están disponibles abiertamente al público. El número de sesiones depende del caso, pero cuando se trata de láser por lo general se necesitan tres.

La dermatóloga Carmen Arsuaga explicó a El País: “Las cremas blanqueadoras tienen dos mecanismos de acción principales: inhibir el proceso de formación de melanina y eliminar los depósitos epidérmicos de pigmento. Los principios activos más comunes son hidroquinona, ácido kójico, ácido azelaico, arbutina y ácido retinoico”.

Cromos conversó con Luisa Fernanda Galindo, médica dermatóloga de Dermobog, para tener más luces en el tema. “Es importante que consulten a dermatología para evaluar la causa del cambio de color en la piel de los genitales o del ano, porque puede tener muchas causas. Aplicar cremas despigmentantes sin tener un diagnóstico puede llevar al empeoramiento de la enfermedad de base, irritación, dermatitis o complicaciones como quemaduras, entonces es imperativo consultar a un dermatólogo antes de usar cualquier producto en esa zona”.

Lee aquí: Tanorexia, la obsesión por el bronceado

Por otra parte, la sexóloga Ana Lombardía se ha referido a esta moda: “En el porno, las zonas genital y anal están maquilladas e iluminadas para que se vean más claras y rosáceas. Hoy, como tenemos un acceso al porno tan fácil, la mayor parte de la población está expuesta a este tipo de imágenes y es probable que se deje influenciar”.

Según la experta, el objetivo de esta industria es resaltar y representar lo que cae en el imaginario como joven: “Esta industria trata de emular los genitales juveniles (incluso infantiles), más blanquecinos. Una vez más la sociedad nos pide que modifiquemos nuestro cuerpo para hacerlo más joven y atractivo”.

Enrique Herrera Acosta, jefe del Servicio de Dermatología de Vithas Xanit, se pronunció sobre el uso de cremas a la venta sin prescripción: “Con cualquier cosmético se debe tener en cuenta la calidad y la composición, pero especialmente en estas zonas, ya que se trata de una piel muy sensible”.

Esta área cuenta con una capa córnea muy fina que está cerca de mucosas que muy probablemente entrarían en contacto con el cosmético, lo que podría desembocar en una fuerte dermatitis.

Además de los tratamientos ya mencionados, seguramente a más de uno ya se le habrá pasado por la cabeza recurrir a remedios caseros, que claramente tampoco deberían ser aplicados. “No se deben realizar nunca tratamientos caseros con productos ‘naturales’, ni aplicar jamás cremas despigmentantes comercializadas para otras localizaciones como cara, brazos o escote, porque las características de la piel son muy diferentes”, agregó Arsuaga.

No te vayas sin antes leer: Las toallas de baño se deben lavar cada tres días: esta es la delicada razón