El coronavirus también perpetúa nuestra dependencia al celular

El día que volvamos a conquistar el espacio público tendremos que aplacar el impulso que nos pide dirigir la mirada a la pantalla.

Por Boris Zapata

18 de mayo de 2020

"Los impactos negativos de esta cultura de estar 'siempre encendido' es que su mente nunca descansa, de manera que siempre está con estrés”, dijo en una entrevista Christine Grant, especialista en psicología laboral. / Pexels

"Los impactos negativos de esta cultura de estar 'siempre encendido' es que su mente nunca descansa, de manera que siempre está con estrés”, dijo en una entrevista Christine Grant, especialista en psicología laboral. / Pexels

Escribo en presente: la pandemia nos priva de la libertad. Sé que puedo arreglármelas para salir, inventar excusas para alejarme unas horas de casa.  Pero le tengo miedo al virus y aborrezco estar pendiente del metro y medio de distancia, con comezón en la nariz por culpa del maldito tapabocas (Le puede interesar ¿Qué le están preguntando los colombianos a Google sobre el sexo?).

 A veces pienso que de un día para otro se levantarán las restricciones, incluso sin vacuna ni tratamiento. De golpe todo volverá a lo que estábamos acostumbrados. Añoro ese día, pero reconozco que tengo miedo a salir. Como asmático crecí con una certerza: la muerte llega en el momento menos previsto. Ese momento puede ser este largo presente.

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La cuarentena es una trinchera en la que podemos aferrarnos de cualquier cosa para resistir al encierro. Si dios me preguntara hoy "usted, ateo, ¿qué objeto se va a llevar al infierno?", la respuesta es obvia: el celular. Nunca antes había estado conectado como ahora. Estoy pegado el día entero, chupo wifi como si fuera cerveza en lata. Mientras estoy en vela, en el celular leo noticias, escucho canciones, chateo y consulto redes sociales. 

Según una encuesta de Kickads difundida recientemente, un 66% de las personas encuestadas usan más su teléfono celular en la cuarentena en Colombia, cifra en la que estoy yo y todas las que sacan a sus perros. Desde mi ventana veo que en un acto tan valioso como salir con la mascota también fue colonizado por la tecnología.

No se trata de criticar a los vecinos, si yo tuviera un canino seguramente estaría pegado al aparatico, queriendo leer una nota cuyo titular sea “Ya está lista la vacuna”. Sin ir más lejos, soy de los que, en las mañanas, en vez de darle gracias a la vida por despertarme, lo primero que hago es revisar las notificaciones. Leonardo Castellanos, representante de psicología clínica en el Colegio Colombiano de Psicólogos, en una entrevista a este medio manifestó que debemos hablar de un comportamiento problemático en vez de una adicción.

“Lo que pasa es que algunos comportamientos, ya sea por su duración, intensidad o el lugar donde se emiten comienzan a generar problemas”, explicó Castellanos. “Lo que se busca es una modificación en la conducta, y algo que se usa en una primera etapa es que la persona comience a registrar el tiempo que dedica a ese comportamiento”.

Desde que comenzó el encierro me reconcilié con la lectura de libros y el consumo disciplinado de series y películas. Pero, en detrimentro de esos logros, está mi dependencia al móvil.  Por eso en Cromos le consultamos a la psicóloga Natalia Izquierdo algunos consejos para lograr una relación saludable con "la cajita boba".

¿Por dónde empezar?

- Revisar las redes sociales, juegos y demás aplicaciones, una hora después de despertarse (no apenas se levanta) y una hora antes de acostarse (no tan cerca de dormirse).

- Deje de usar el celular cuando esté con sus familiares. Reconéctese con los suyos.

- Compre un recipiente para dejar los celulares apagados durante las comidas.

- Apague su ‘smartphone’ un día a la semana, si puede. De lo contrario, unas horas al día. 

- Practique algún deporte, aprenda algo nuevo o realice otras actividades que lo alejen de la tecnología.

- Busque retiros creados puntualmente para desintoxicarse, o uno de yoga y meditación. 

- Algunos aparatos tienen la opción de configurar el tiempo que se destina frente a ellos. ¡Póngase una meta! 

- Descargue aplicaciones que le informen cuánto tiempo usó el celular al día (Offtime, Checky, QualityTime y Forest).

- Si cree que su problema es más grave, puede hacer una desintoxicación más prolongada y acudir a un especialista. El psiquiatra japonés Takashi Sumioka creó un modelo que obliga a las personas a distanciarse del celular por seis meses y escribir todas sus experiencias en un diario. Según el especialista, este es el mínimo de tiempo que se requiere para curar la adicción extrema. 

 

Por Boris Zapata

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