En el año de mundial no nos olvidemos de las mujeres colombianas futbolistas

El apoyo a la tricolor que nos está representando en Rusia debemos replicarlo cuando juegue la selección femenina. Les presentamos testimonios de algunas jugadoras que lucharon contra la discriminación para ser deportistas profesionales.

Por Redacción Cromos
16 de junio de 2018
En el año de mundial no nos olvidemos de las mujeres colombianas futbolistas
Daniela Montoya celebra un gol con sus compañeras. / AFP

Daniela Montoya celebra un gol con sus compañeras. / AFP

Cuando era niña a Yoreli Rincón sus papás le pinchaban los balones para que no jugara fútbol. Pero ella se las arreglaba para tener algo que patear. A las muñecas, que poco le interesaban, les arrancaba la cabeza y se ponía a hacer pases a escondidas.

Las veces que vio desinflarse las pelotas su sueño de jugar fútbol estuvo amenazado por sus propios padres. Pero ella fue terca e hizo lo posible por dedicarse a lo que más le gustaba, que era pisar el esférico, jugar con niños, anotar goles y, ¿por qué no?, vivir del deporte.

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Yoreli, la primera colombiana en participar en una Champions League, fue una de las figuras del club Patriotas en la última Liga Profesional Femenina. La 10 de la tricolor reconoce que faltan cosas por corregir para que sea de élite el campeonato, que acaba de concluir su segunda edición. “No sabemos por qué hay desdén hacia el fútbol femenino. Por los periodistas la gente sabe que existimos, sin embargo, son más visibles los hombres. Si al país solo se le muestra fútbol masculino, la referencia va a ser una nada más”, dice la santandereana.

 Ella, como las mujeres que vienen a continuación, es una abanderada de su generación.  Si no fuera por ellas, las niñas colombianas no tendrían referentes para identificarse. Como en su momento se habló de Carlos Valderrama, René Higuita, Iván Ramiro Córdoba, Mario Yepes, Falcao García y James Rodríguez, hoy se puede hablar de colombianas que han sudado la camiseta de Colombia en mundiales.

“La selección es lo mejor que nos ha pasado, porque es nuestra vitrina. El hombre se queja mucho por los entrenamientos y nosotras no, a veces corremos lo que no se ha corrido en una práctica masculina”, dice Yoreli.

 

Daniela Montoya, mediocampista del club Formas Íntimas.

También la discriminaron y hoy es la capitana de la selección. Sus habilidades y su madurez en el centro del campo este mes la llevaron a integrar el equipo nacional de fútbol sala en los Juegos Suramericanos de Cochabamba.

“Cuando inicié, en el colegio me trataban de marimacha. Pero eso ha cambiado, debido a los logros que hemos alcanzado como selección femenina. Ya vemos muchos equipos de niñas pequeñas en escuelas de fútbol, vemos a los papás acompañándolas, sin temor de que digan algo. Los tiempos ahora son otros. Las mujeres que jugamos el fútbol somos muy femeninas y formamos un grupo preparado para representar al país en cualquier certamen. Somos las referentes para que las niñas superen nuestro legado. Esperemos que el apoyo aumente.

No me gusta compararme con los hombres. No creo que haya discriminación. Simplemente es diferente, hemos crecido solitas y la Federación y algunas empresas privadas nos apoyan más. Vamos por buen camino, con jugadoras en constante competencia, con algunas garantías laborales, para ser más sobresalientes de lo que ya somos”.

 

Lady Andrade, delantera de Atlético Nacional

Es otra colombiana que fue y volvió del fútbol europeo.  El año pasado, cuando supo que habría Liga Profesional Femenina, no dudó en empacar maletas y venirse del Antalya Dösemealtı Belediyespor, equipo de Turquía: “me prometieron un salario, pero con el tiempo los pagos no eran exactos. Yo me fui con dos compañeras más y, como ellas ganaban menos, tomaban mi dinero para completarles el sueldo”.

 

Vanessa Córdoba, arquera de La Equidad

Imponente y femenina. Ha sido la número 1 de Santa Fe, la Universidad de Ohio y, actualmente de La Equidad. Es la primera en destacar los logros de las mujeres en el fútbol femenino colombiano. Sus referentes son la norteamericana Hope Solo y Óscar Córdoba, su papá. A sus 23 años de ambos aprende, sobre todo del ex portero de Boca Juniors.  

Se enorgullece de ser profesional. Aunque ya finalizó el torneo, sigue entrenando, no quiere perder la forma. Mientras negocia su futuro en Colombia o el extranjero, lucha para que el deporte que practica se masifique, le llegue más al público:

“El fútbol femenino combate el machismo, cuando comienzas a practicarlo, te encuentras con situaciones incomodas. Por ejemplo, te dan un balón, controlas y entregas, y la gente aplaude con sospechosa alegría. Es chévere el apoyo, pero uno se pregunta ¿te lo están aplaudiendo porque eres mujer y piensan que no eres capaz de hacer jugadas o porque hice una buena jugada? Hay goles que celebran como si fuera un acontecimiento, he tenido técnicos que a veces te dicen no haces ocho repeticiones, sino seis o no quieren gritarte porque creen que te hieren”.

 

¿Cuándo vuelven a jugar las mujeres de la selección?

Participarán en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Barranquilla es la sede del certámen.

Colombia ha disputado los mundiales de Alemania 2011 y Canadá 2015. Para Francia 2019 no clasificó.

Por Redacción Cromos

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