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“Barriga llena, corazón contento”: la peligrosa idea que debemos erradicar

Vinimos a hablar de los problemas coronarios. En la mayoría de las ocasiones somos los enemigos de nuestro corazón. ¿Por qué? Por los malos hábitos que nos negamos a combatir.

Por Redacción Cromos
20 de octubre de 2022
El corazón es el órgano más importante del cuerpo y actuamos como si no lo supiéramos.

El corazón es el órgano más importante del cuerpo y actuamos como si no lo supiéramos. Comemos impulsados por el deseo y con una ingenuidad pasmosa, digna de un niño de 7 años.

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Por pereza, por negacionismo, por falta de información, por un impulso inconsciente de autodestrucción. Es difícil rastrear las razones de por qué solemos llevarle la contraria a los médicos cuando tenemos sobrepeso o cuando los exámenes muestran niveles de alarma.

Hay varios hábitos que pueden influir en la salud cardiaca sin saberlo.

Hay varios hábitos que pueden influir en la salud cardiaca sin saberlo.

Siempre estaremos a tiempo de reaccionar. Es cuestión de tomar decisiones informadas. Y no estamos hablando de cualquier órgano: el corazón trabaja sin descanso las 24 horas del día, bombeando 5 litros de sangre por minuto para que el organismo pueda funcionar.

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Para saber más sobre este órgano, Luis Moya Jiménez, cardiólogo y presidente de la Liga Colombiana contra el Infarto y la Hipertensión, explica los factores de riesgo para que sepamos a qué nos exponemos si tenemos malos hábitos.

Según el cardiólogo, algunos factores de riesgo pueden cambiarse, tratarse o modificarse y otros no. Entre más controlemos estos factores, habrá menos riesgos de enfermedad. Los factores de riesgo principales son los siguientes:

El tabaquismo

La nicotina, el alquitrán y el monóxido de carbono, eleva la frecuencia cardiaca, endurece las arterias, produce irregularidades del ritmo cardiaco, y aumenta la obstrucción de las arterias del corazón y vasos periféricos que irrigan los brazos y las piernas, sin mencionar su relación directa con el cáncer pulmonar.

La hipertensión arterial

La (HTA) es la elevación de los niveles de la presión arterial por encima de los límites que aumenta el riesgo cardiovascular. Es una enfermedad crónica y asintomática, pero fácil de detectar. Sin embargo, tiene complicaciones graves y letales si no se trata a tiempo.

Trae consigo el riesgo de sufrir un ataque al corazón, accidente cerebrovascular, insuficiencia cardiaca o renal. La presión arterial puede variar según la actividad física y la edad. No debe estar por encima de 140/ 90; lo ideal es tenerla en 120/ 80 mhg.

Diabetes

Esta es una enfermedad crónica muy frecuente en el mundo. Es metabólica, es decir, tiene que ver con la transformación de los alimentos en energía para las actividades diarias que debemos desempeñar. Según la Asociación Americana del Corazón, el 80% por ciento de los diabéticos mueren de algún tipo de enfermedad cardiovascular.

El sedentarismo

Hacer ejercicio quema calorías para mantener un peso saludable, ayuda a bajar los niveles de colesterol y de presión arterial, fortalece el músculo cardiaco y disminuye la frecuencia cardiaca, por eso las personas inactivas tienen mayor riesgo de un ataque cardiaco que aquellas que hacen un ejercicio regular.

El Colesterol

Esta es una sustancia que está presente en nuestro organismo y es necesaria para la formación de células, de algunas hormonas, de la bilis y del tejido nervioso. Sin embargo, cuando los niveles de colesterol en la sangre son altos puede aparecer hipercolesterolemia, factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares.

EL 70% lo produce nuestro hígado y el 30% restante se obtiene adicionalmente de alimentos de origen animal (huevos, carne, productos lácteos ETC) o de grasas saturadas o trans, que en su mayoría están en alimentos procesados.

Cuando se tiene alto el colesterol (LDL) o malo, se acumula en las paredes de las arterias formando una placa e iniciando su obstrucción llamada ateromatosis, y cuando esto ocurre en las arterias del corazón, las coronarias, se produce el infarto cardíaco.

El sexo

Las hormonas nos hacen diferentes. Los estrógenos protegen a las mujeres de enfermedad cardiaca hasta la menopausia, pero de ahí en adelante es similar el riesgo que el de los hombres, pero es más grave cuando se presenta en las mujeres.

La herencia

Los factores de riesgo como la hipertensión, diabetes, obesidad pueden transmitirse de una generación a otra. El aumento de colesterol puede ser también por herencia, y si algún familiar, padre, hermano o tío sufrió de una patología cardiaca, el riesgo es mayor que en aquellos que no lo tienen. Hay factores que no son por genes, pero en el entorno familiar nos lo enseña, hábitos de comida, ejercicio, estrés etc.

La edad

El envejecimiento es un riesgo para la estructura cardiovascular, aproximadamente 4 de cada 5 muertes se deben a enfermedades cardiacas en mayores de 65 años.

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Redacción Cromos

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