El hecho de tratar a tu perro como si fuera un ser humano puede tener algunas consecuencias.
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Sigue a Cromos en WhatsAppHumanizar a las mascotas ya sea un perro o un gato es algo más común de lo que parece, y según los expertos, esto va en aumento.
En países como España las personas prefieren tener animales y se conoció que hay más de estos que niños registrados.
Si eres una de las personas que les gustan los animales y los tratas como una persona o un niño debes saber esto.
¿Qué pasa cuando tratas a tu perro como un ser humano?
“Humanizar es asignarles comportamientos que son básicamente de los comportamientos humanos. Es decir, tratarlos como bebes, como niños y no los dejamos tener procesos relativos a su especie”, explicó para El Tiempo, Angélica González Barrera, teóloga y experta en comportamiento y educación canina de Waggo.
El docente Jorge Gallego Rodríguez, dijo para el periódico que hacerle esto a las mascotas es algo malo.
“Jamás una mascota debe ser tratada como humano. El hecho de que se conviertan en miembros de nuestra familia no nos da derecho a humanizarlos”.
El experto sostuvo que “es importante tener claro ese concepto y, de paso, evitar frases como ‘mi hijo es mi mascota”.
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Las consecuencias de tratar a tu perro como un hijo
Debes tener claro que el tratar a tu perro como si fuera un ser humano o tu hijo, podría tener consecuencias malas.
El especialista Conrado Clavijo dijo en El Tiempo que “la humanización puede provocar agresividad o miedo por la baja adaptación del animal a los riesgos fuera de casa. Esto es causado por la sobreprotección y actos que hacen los amos como cargar, alejar, no permitir el olfateo anal o genital a otros perros”.
También indicó que esto hace que el animal tenga problemas para socializar, y por eso recomienda que no se le ponga ropa u olores que puedan interferir en la interacción con otros perros.
La mascota puede presentar según el experto “trastornos comportamentales, uno de los más comunes es la ansiedad por separación y se puede identificar por la aparición de ladridos, actividad destructiva dentro de casa, mordisqueo o ingesta de ropa del dueño”.
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