Según el sexólogo Carlos Quintero Malo, el tamaño de la vagina y de la vulva no tiene ninguna relación con el placer sexual. / David Schwarz
"Da miedo decir la palabra ‘vagina’. Al principio tienes la sensación de estar atravesando violentamente una barrera invisible. Te sientes culpable e incómoda. Entonces, después de haber dicho la palabra, cien o mil veces, se te ocurre que es tu palabra, tu cuerpo, tu lugar más esencial”, escribió la estadounidense Eve Ensler en la Los monólogos de la vagina (1996).
Y es precisamente la vagina la protagonista de este texto. Tiene innumerables sinónimos y algunos varían de acuerdo con el país. También se usan eufemismos para hablar de ella: se le llama parte íntima o privada. Sin embargo, aquí se le dirá por su nombre: vagina. Como debería ocurrir siempre, ya que es una parte del cuerpo humano, como las manos o la boca, y, en esa medida, no debería ser un tabú ni producir vergüenza.
Sigue a Cromos en WhatsAppComo con los pies o las orejas, existen tantos tipos de vaginas y vulvas como mujeres en el mundo. Y las diferencias entre unas y otras no tienen ninguna relación con que unas sean mejores, simplemente son distintas.
¿Conocemos nuestro cuerpo?
El médico sexólogo Carlos Quintero Malo explica que la vulva es la parte externa de los órganos genitales femeninos que incluye “los labios mayores y menores, el clítoris, el monte de venus y el vello. La vulva continúa hacia el interior del cuerpo con la vagina, una cavidad que es la conexión entre la vulva y el cuello del útero”. Tenemos que empezar por aquí, ya que usualmente las personas llaman vagina a lo que realmente es la vulva.
Luego de esta aclaración, nos preguntamos: ¿existen tipos o clasificaciones de vulvas y vaginas? Para la sexóloga brasileña Flavia Dos Santos, solo “hay vaginas y punto. Uno no detalla tipos de útero o hígado. Si los dedos de la mano son todos diferentes, imagínense las anatomías”.
Quintero Malo agrega: “Hay un estudio que se hizo en Valencia (España), en el cual se analizaron cinco mil mujeres de diferentes características: vírgenes, no vírgenes, multíparas (que han tenido más de un parto) o no, de diferente altura y peso, etc. Encontraron que la longitud promedio de la vagina es de diez centímetros, pero puede variar desde cinco hasta 16 centímetros”.
En cuanto a lo externo, las características de la vulva varían de acuerdo con la genética y la progresión del tiempo, es decir, la edad. “Uno encuentra algunas clasificaciones que hacen referencia a diferentes tipos de vulvas, pero no es que haya clasificaciones propiamente dichas, solo variaciones. Son descripciones gráficas, más que categorizaciones médicas”. Según esto, en términos científicos no existe una vulva ideal. Y, desde el punto de vista estético, ¿quién determina cuál es más bonita? ¿La industria que vende fantasías sexuales? ¿Esa que, al explorar todo tipo de fetiches, es la prueba de que entre gustos no hay disgustos?
El dilema del vello púbico
A algunas personas el vello les da asco. Consideran que no es higiénico. Pero estas son impresiones basadas en tradiciones culturales más que en pruebas.
“Tener vello púbico o no ha cambiado con las tendencias. En los años 70 la vulva no se afeitaba, pero en el siglo actual suele afeitarse por completo. Si pensamos en la salud, el vello es una barrera protectora, afeitarlo genera excoriaciones en la piel y favorece las infecciones”, asegura el experto.
Depilarse o no es una decisión individual. Sin embargo, hoy las mujeres que prefieren dejarse el vello (no solo en la vagina, sino en las piernas o en las axilas) son juzgadas o víctimas de burlas. Si pensamos que lo bello es lo saludable, ellas tal vez sigan un camino más adecuado que la mayoría. Pero la aceptación social viene de la normalización de ciertas prácticas, de que nos acostumbremos a ver en la calle eso que por décadas se ha considerado extraño. Así que la idea que vincula la vulva ideal con la ausencia de vello también es un asunto relativo, que puede cambiar si las mujeres valientes empiezan a salir sin depilarse.
Volvemos a Los monólogos de la vagina: “Comprendí que tenemos vello ahí por una razón... Es como la hoja alrededor de la flor, como el césped que rodea la casa. Tienes que amar el vello para poder amar la vagina”.
¿El tamaño de la vagina determina el placer sexual?
Quintero Malo asegura que no. “El placer es mucho más psicológico, aunque tiene un componente anatómico. No podemos decir que si la vagina es más grande o más chica la mujer tendrá más o menos placer. Se trata, más bien, de estimular los puntos precisos. El órgano más sexual y estimulante es el cerebro”.