La forma de concebir una relación ha ido cambiando en las últimas décadas, permitiendo que las personas que no se identifican con el modelo tradicional romántico puedan encontrar alternativas, como es el caso de la agamia.
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Hay quienes sienten que pierden su libertad al estar en una relación monogámica y heteronormativa, como si se tratara de conceptos obsoletos al tener presente el contexto actual en el que estamos sumergidos, entonces esto abre todo un abanico de posibilidades cuando se trata de formar vínculos, entonces la agamia es una opción que definitivamente se puede tener presente.
La agamia es un modelo de relaciones en el que no se busca formar parejas como tal, para ser más específicos, se empiezan relaciones con el solo hecho de estar presente y vinculados amorosamente a un grupo de personas indefinido, no a una sola persona o personas, como puede suceder con el poliamor.
La idea principal de este concepto busca rechazar la idea de que solamente podemos estar relacionados desde el amor y en parejas, cuando el objetivo final es el matrimonio, algo limitante y que nos rige desde el estereotipo tradicional.
Los que practican la agamia recomiendan sobreponer cualquier tipo de relación, como la amistad, sobre la de una pareja exclusiva, rechazando que esa sea la única manera de una relación amorosa, de hecho, hay quienes afirman que el amor, más allá de ser un sentimiento, es una ideología que dicta cómo deben ser las relaciones, esto nos quita la libertad de elegir con quién queremos crear vínculos.
Conoce los pilares que rigen la agamia:
· Rechazo al amor.
· Restablecimiento de la razón como máxima autoridad de decisión.
· Reintegración de las relaciones a un ámbito ético.
· Rechazo radical del género.
· Rechazo a los cánones normativos de belleza y a las jerarquías de valor sociosexual.
· Rechazo a la sexualidad patriarcal a través del cuestionamiento del concepto ‘objeto de deseo’.
· Sustitución de los celos por la ‘indignación’.
· Sustitución de la familia por la ‘agrupación libre’.
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Raquel Manchado, experta en este tema y autora, presenta la siguiente cuestión: “¿Qué se tiene que esperar cuando siento algo? Querer limitar el contacto con el mundo o la vida sexual, querer ser la más importante para el otro… Es un patrón ya escrito que se pone en marcha tras el enamoramiento”.
“Pero si el enamoramiento es un sentimiento, ¿no tendría que poner en marcha semejante maquinaria? Es por ello un marco en el que enzarzamos la vida y las expectativas, no es un sentimiento”.