La automedicación es una de las mayores preocupaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido a los riesgos que implica. Entre ellos, la resistencia a los antibióticos es una de las prácticas más peligrosas ya que puede desembocar hasta en la muerte del paciente por su uso inadecuado o indiscriminado.
La OMS alerta que la mitad de los daños evitables en salud se deben a la medicación, y una cuarta parte son potencialmente letales. La OPS revela que hasta el 80% de las farmacias en el continente venden antibióticos sin receta, basándose en recomendaciones no médicas.
Sigue a Cromos en WhatsAppEn ese contexto, Laboratorios Vitalis advierte los peligros que conlleva la automedicación y responde algunos interrogantes en torno a este tema.
La automedicación puede causar reacciones adversas como intoxicaciones, náuseas, y peligrosas interacciones, además de dependencia y adicción. En el caso de los antibióticos, puede alterar la flora intestinal y generar resistencia bacteriana, según Milton Castañeda, vocero de Laboratorio Vitalis.
La resistencia bacteriana a la que hace referencia Castañeda es una situación en la que las bacterias se vuelven resistentes a los medicamentos, a tal punto que, cuando se necesita verdaderamente de ellos, no las pueden eliminar al haberles dado la oportunidad de aprender previamente defenderse y hacerse más fuertes, esto favorecido por una costumbre muy arraigada en nuestro medio: tomar antibióticos no recetados o exigir su formulación innecesaria.
En ello coinciden expertos como Andrés Pérez-Acosta, director del Observatorio del Comportamiento de Automedicación de la Universidad del Rosario, en una de sus investigaciones: “Una consecuencia global del abuso y mal uso de estos medicamentos en diferentes ámbitos, como en la reproducción animal y en automedicación humana, ha sido, sin duda, la resistencia microbiana”.
Pese a las invitaciones de las autoridades en salud a no automedicarse, hay quienes insisten en hacerlo incluso con varios medicamentos, lo que puede generar todavía más riesgos para la salud.
“En estos casos, existe la probabilidad de que ambos medicamentos interactúen adversamente entre ellos. Puede que uno de ellos modifique la forma en la que el cuerpo procesa el otro, resultando en que se vea reducida o aumentada su acción o efecto. De igual forma se recomienda revisar muy bien la información provista en el empaque de cada producto, que siempre debe incluir las advertencias y contraindicaciones de este”, sustenta Milton Castañeda, el experto de Laboratorio Vitalis.
La automedicación, en los casos más extremos, incluso puede llevar a la muerte, y según el experto, hay personas que pueden ser alérgicas o hipersensibles a algunos fármacos sin saberlo. En otros casos, las muertes pueden producirse por la confusión entre un medicamento y otro, como ocurrió en Colombia en 2020, cuando dos niños fallecieron debido a que se les administró tramadol en lugar de albendazol.