Aunque las cifras son similares en hombres y mujeres, la incidencia es un poco mayor en ellas. / Pixabay
Cada día, más de un millón de relaciones sexuales terminan en una de estas infecciones sexuales: gonorrea, sífilis, clamidia o tricomoniasis. Esto ha conducido a una epidemia “oculta, silenciosa y peligrosa”, en palabras de Melanie Taylor, principal autora del estudio que acaba de publicar la Organización Mundial de la Salud (OMS). La investigación muestra algo preocupante para los especialistas: la tendencia se mantiene, el trabajo pedagógico que se ha realizado en medios de comunicación y en entidades educativas no ha sido suficiente para detener enfermedades que podrían evitarse fácilmente con un condón.
El estudio concluyó que una de cada 25 personas en el mundo, entre 15 y 49 años, porta alguna de estas enfermedades. Las cifras que se publican provienen del 2016 y son prácticamente idénticas a las anteriores, de 2012: 156 millones de nuevos casos de tricomoniasis, 127 de clamidia, 87 de gonorrea y 6,3 de sífilis. El estudio no incluye las infecciones de transmisión sexual (ITS) víricas incurables: hepatitis B, virus del herpes simple (HSV), VIH y virus del papiloma humano (VPH).
Sigue a Cromos en WhatsApp“No observamos una caída en cuatro años y esto es síntoma de que no ha habido suficiente educación –anunció Taylor en una rueda de prensa en Ginebra–. Son infecciones que están asociadas con el estigma y la vergüenza. Además, están silenciadas, porque muchas personas que las portan no tienen síntomas, así que no lo saben y contagian a sus parejas o, en el caso de las mujeres, a sus hijos. Es una epidemia persistente y dañina para todos”.
Es frecuente que las personas no recurran a un médico al detectar algún síntoma, ya sea por vergüenza o porque consideran que no son enfermedades graves; sin embargo, solo la sífilis causó unas 200.000 muertes fetales y de recién nacidos en 2016, lo que la convierte en una de las principales causas de pérdida de bebés a nivel mundial, según la investigación.
Por esta razón, la OMS reitera que estas infecciones pueden tener un profundo impacto a nivel global, ya que aparte de las muertes neonatales provocan efectos crónicos y graves, como enfermedades neurológicas y cardiovasculares, infertilidad y mayor riesgo de VIH.
Aunque las cifras son similares en hombres y mujeres, la incidencia es un poco mayor en ellas: los órganos sexuales femeninos son un entorno más propicio para la supervivencia de los organismos que causan estas enfermedades, los hombres se curan con mayor rapidez. Por esta razón, la OMS también lanzó una alerta: estas infecciones se relacionan con el aumento de casos de violencia doméstica.
“Tenemos que hablar clara y sinceramente sobre estas infecciones y no tratarlas de forma diferente de otras enfermedades. No podemos enterrarlas bajo la alfombra y fingir que no existen”, aseguró, también desde Ginebra, Teodora Wi, del departamento de Salud Reproductiva de la OMS.
Para cambiar el panorama, la OMS ha invitado a políticos, entidades de salud, educadores y padres a que se involucren de una u otra forma en la prevención y el tratamiento de estas infecciones. Consideran que es necesario aumentar las medidas de control y diagnóstico; bajar el costo de las pruebas que las detectan, y tratar estas enfermedades con naturalidad.
Los investigadores detrás del estudio han hecho especial énfasis en la necesidad de la prevención: son enfermedades que se pueden evitar fácilmente y que, aunque por lo general son curables, cada vez son más difíciles de manejar: el tratamiento para la sífilis se ha vuelto más complejo, debido a la escasez de una clase especial de penicilina, y los casos de ‘supergonorrea’ van en aumento y no se pueden controlar con los medicamentos existentes, de acuerdo con Tim Jinks, jefe del programa de Infecciones Resistentes a las Drogas de la fundación británica Wellcome y citado por la BBC.