Las vitaminas son una verdadera fuente de salud y bienestar. Desde los primeros años son fundamentales para el crecimiento, el correcto desarrollo del organismo y la prevención de enfermedades. Los nutricionistas aconsejan obtenerlas de una alimentación balanceada, sin embargo, en ocasiones resulta necesario recurrir a los suplementos. A partir de los 35 años, por ejemplo, es importante comenzar a tomar calcio para fortalecer los huesos, ya que no es suficiente el que ofrece la dieta diaria. En caso de padecer problemas de colesterol, es aconsejable acompañar el tratamiento con omega 3 y las mujeres que estén pensando en buscar bebé, pueden consumir acido fólico, que evita la anemia, sirve para la formación de glóbulos rojos y mantiene la piel en buenas condiciones. En los últimos años también se ha comprobado que las vitaminas son las mejores aliadas de la belleza. La A, C y E son necesarias para evitar el envejecimiento prematuro; La K para fortalecer el sistema óseo, junto con la vitamina D.
Actualmente el mercado ofrece una amplia oferta de suplementos pero es indispensable siempre contar con la supervisión de un especialista. Pese a que la ausencia de vitaminas puede ocasionar todo tipo de enfermedades, se ha demostrado que abusar de éstas, puede llegar a ser aún más peligroso. Los riesgos por consumir más de la dosis requerida, van desde dolores de cabeza, debilidad y nauseas hasta complicaciones mayores.
Dónde encontrarlas
A: previene infecciones respiratorias. Leche, huevos, zanahoria y espinacas.
C: ayuda a mejorar los círculos oscuros bajo los ojos, aclara la piel y evita las gripas. Naranja, mandarina, pimiento dulce, guayaba y kiwi.
D: clave en el mantenimiento de huesos, dientes y articulaciones. Leche, huevos, atún, hígado y cereales.
E: ayuda a cicatrizar y evita el envejecimiento celular. Semillas de girasol, aguacate, frutos secos, aceitunas, legumbres y la soya.