“Ser abuela no significa ser la cuidadora predeterminada de los nietos”. Estas fueron las palabras de Josefa Feitosa, una mujer brasileña de 61 años que, tras años de trabajo, decidió que era el momento de priorizarse a sí misma. Con una mochila y un corazón lleno de sueños, emprendió un viaje alrededor del mundo, dejando atrás las expectativas sociales que la vinculaban al rol de cuidadora familiar.
El caso de Josefa se volvió viral en redes sociales, no solo por su audacia sino por la polémica que generó su postura: ¿es egoísta que una abuela elija no criar a sus nietos? Para algunos, su historia es inspiradora; para otros, un motivo de debate sobre las responsabilidades familiares.
Sigue a Cromos en WhatsAppAntes de la pandemia, Josefa vendió su casa y sus pertenencias, utilizando las ganancias para financiar sus aventuras. Cuando sus hijos asumieron que la jubilación le daría más tiempo para cuidar a sus nietos, ella fue clara: “La abuela no debe criar a los nietos”. Aunque al inicio su decisión sorprendió a su familia, con el tiempo, incluso sus hijos aceptaron su postura.
El dilema de las abuelas niñeras
En muchas culturas, especialmente en Latinoamérica, se asume que los abuelos están siempre disponibles para cuidar a los nietos. Sin embargo, esta expectativa puede invisibilizar los deseos y derechos de las personas mayores. Como señaló Josefa, ser abuela no debería significar sacrificar los propios sueños o ceder a presiones familiares.
La clave está en encontrar un equilibrio. Algunos abuelos disfrutan involucrarse en la vida de sus nietos, mientras que otros prefieren enfocarse en sus propios proyectos. Ninguna de estas opciones debería ser motivo de juicio, siempre y cuando exista una comunicación honesta dentro de la familia.
Con su decisión, Josefa no solo ganó libertad, sino también una comunidad de seguidores en redes sociales. Su cuenta de Instagram, donde comparte fotos y videos de sus viajes, se convirtió en un espacio para debatir sobre el rol de los abuelos. Mientras unos aplauden su valentía, otros critican su elección, argumentando que los nietos deberían ser la prioridad de cualquier abuelo.
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A pesar de las críticas, Josefa ha mantenido su postura. “Los abuelos también tienen derecho a una vida privada”, declaró. Más que un acto egoísta, su decisión busca inspirar a otros adultos mayores a perseguir aquello que dejaron de lado por responsabilidades familiares.
En un mundo donde las tradiciones a menudo imponen roles inamovibles, Josefa nos recuerda que cada etapa de la vida merece ser vivida plenamente. ¿Acaso no es eso lo que verdaderamente inspira a las nuevas generaciones?
*Contenido generado con asistencia de la IA.