Los cuidados que debes tener con tu piel antes de los 20

Las manchas, arrugas, lesiones premalignas, entre otras pueden dejar huellas difíciles de tratar. Por ello, es fundamental incorporar hábitos de limpieza, hidratación y protección con bloqueadores solares y productos que no afecten la barrera cutánea ni los microorganismos que habitan normalmente de la piel a la edad de 20 años.

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Debido a todos estos procesos de la piel es necesario enseñar a los adolescentes, desde temprana edad, a limpiar, hidratar y proteger su rostro, además que se tome como una rutina diaria. La dermatóloga de la Universidad de São Paulo y directora Científica de la Unidad Láser y Piel, Yudy Pinzón nos cuenta qué recomendaciones deben tener en cuenta las adolescentes en el tema del cuidado de la piel:

¿Cómo cuidar la piel a los 20 años?

A los 20 años debe existir un hábito de limpieza, hidratación y protección de acuerdo con lo que el especialista haya evaluado. Por ejemplo, si es una piel que ha sido sana y no ha tenido acné, será más fácil cuidarla, mientras que si ha tenido acné (el cual se presenta usualmente con mayor fuerza entre los 12 y los 20 años), la piel deberá pasar por procesos de limpieza con productos suaves, hidratación, con productos no grasosos y protección de acuerdo con el tipo de piel, que debe ser siempre evaluada con el especialista.

¿Qué cremas debo usar con 20 años?

La decisión del producto para hidratar depende del estado de la piel. Con la edad y el paso de los años la piel comienza a perder agua y verse deshidratada, sin embargo, a los 20 años, salvo casos especiales en los que el paciente tiene una piel seca, sensible o es una persona atópica, la piel aún conserva la oleosidad propia de la adolescencia.

Lo que siempre se recomienda es limpiar la piel con aguas micelares en la noche e hidratarla con productos no grasosos que permitan conservar el nivel de agua adecuado en la piel, sin llegar a engrasarla, y también, un protector solar no grasoso.

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¿Cómo realizar una limpieza profunda en la cara de los adolescentes?

Existen diferentes tipos de acné que se pueden presentar en esta edad, por ejemplo, espinillas abiertas o puntos negros, o las cerradas, que son esos puntos blancos.

Normalmente se requiere de un procedimiento de limpieza con diversos elementos que limpian profundamente. En todo caso, es necesario que medie la opinión de un especialista, quien es la persona que determina si realmente es necesaria una limpieza. No es recomendable realizar limpiezas cuando hay lesiones inflamadas, es decir, cuando hay barros, quistes o nódulos, estos tratamientos se realizan sobre todo para las espinillas.

¿Qué necesita una piel joven de 20 años?

La buena noticia es que una piel joven, ya sea que haya tenido los cuidados necesarios o no, es fácil de preservar. Los tres pilares esenciales que deben hacer parte de la rutina diaria de un joven son la limpieza, la hidratación, con el uso de productos suaves y no grasosos, y la protección, con productos con Factor de Protección Solar.

Igualmente, es posible complementar esta rutina con la aplicación de elementos que ayuden a controlar la producción de grasa e impurezas o imperfecciones. Lo importante es acudir a un especialista que nos ayude a determinar lo que necesita nuestra piel.

¿Qué debe comer para cuidar mi piel a esta edad?

Si bien es cierto que es posible ayudar a la piel a lucir sana e hidratada con el uso de productos dermatológicos, lo cierto es que la evidencia muestra que la alimentación sana es la mejor solución para cuidar la piel. Dado que la piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y es la barrera protectora entre nuestro organismo y el ambiente que le rodea, es preciso aportar nutrientes suficientes a través de lo que consumimos a diario.

Así, es recomendable realizar un estudio nutricional que permita la prevención de afecciones en la piel, pues el consumo desequilibrado de alimentos puede provocar que la piel no se renueve correctamente. En este sentido, es importante evitar el consumo de productos procesados o refinados y en lugar de ello, optar por alimentos con alto contenido vitamínico y baja carga glucémica, entre ellos: las legumbres, las frutas, las verduras y los cereales integrales.