El sexo es empobrecedor porque el hombre machista no lo siente ni deja disfrutar a su frustrada pareja.
El universo m a s c u l i no, tan dominante a lo largo de la historia, está siendo cuestionado y obligado a cambiar. Lamentablemente, no es tan rápido ni sencillo. La sexualidad humana no tiene nada de natural, pero sí de aprendida y construida. Cada persona va entendiendo y aprendiendo el sexo de acuerdo con su entorno, su historia y sus experiencias. La forma de entenderlo y vivirlo es un reflejo de nuestra esencia.
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Sigue a Cromos en WhatsAppLos machistas no escapan a eso. Sin embargo, ser hombre es difícil. Nacen con tres “no”: no eres mujer, no eres niño, no eres frágil…Llorar para ellos está prohibido, tanto, que la mayoría solo logran expresar tristeza a través de la agresividad.
El pene es concebido como símbolo de poder, de fuerza y desde muy pequeños son obligados a probar esos tres “no” fomentando la aversión a las mujeres, que tratan como objeto. No logran desarrollar relaciones de afecto real, por considerarnos inferiores. Viven atemorizados por cualquier demostración de miedo, de fragilidad, de amor, ya que han aprendido que todos esos sentimientos representan una amenaza a lo que han logrado probar desde muy pequeños: que son hombres.
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¿Será que alguien sabe definir, de verdad, qué es ser hombre? En mi practica atiendo a mujeres angustiadas porque creen que su falta de deseo o su falta de orgasmo es un desperfecto de ellas, cuando en realidad lo que veo es que están sofocadas por el machismo de sus parejas, que no pueden relajarse porque ellos son los primeros a estar alertas, angustiados, y concentrados solamente en un momento: eyacular.
Placer no es una palabra en el vocabulario machista; no se lo permiten y tampoco se lo permiten a ellas. El sexo con ellos está lleno de prejuicios, de cobranzas, de desconexión, su vida es agotadora para sí mismos. El sexo es empobrecedor porque él no lo siente ni deja disfrutar a su frustrada pareja.
Autora de la columna: Flavia Dos Santos.