«Los pronombres de una reina» por Juan Gossaín
S í, realmente no lo esperábamos ni nosotros ni ustedes ni Ella, que entró al concurso por divertirse y dar tiempo a su regreso a la universidad. Pero así son las cosas y Ella fue la elegida: Ella Escandón Palacios. Todos ellos los que fueron a Cartagena gozaron mucho con todo lo que allá pasó. Y nosotros naturalmente fuimos también para contarles todo, todo lo que vimos. ¿Y sabe una cosa? Vimos más que los demás. Cómo será que hasta un grupo de nuestros colegas se animó a hacernos huelga por estar viendo más que ellos. Pero no importa. Todo sea por nuestros lectores porque de ellos es esta revista y ellos nos defenderán. Gloria Valencia de Castaño, Juan Gossaín, Jairo Valencia y Enrique García se metieron a todas partes y trajeron todos los secretos del concurso.
A Gossaín además de todo esto y dirigir la estrategia contra los «ilegales» huelguistas, le dio por desempolvar su antiguo título de contador público juramentado que mantiene escondido en el más recóndito rincón del cuarto de San Alejo de la revista y, a su regreso, sumadora en mano, se puso a hacer cuentas para darnos el peso de todas las candidatas en el concurso, cotizado en devaluados pesos colombianos. Nuestro equipo en Cartagena batió récords de agilidad no solo para preparar los textos y las fotografías a blanco y negro de esta crónica en tiempo extrarrápido. También para lograr algo increíble, una portada a todo color con la reina coronada. Pero eso no es todo. Todavía nos queda mucho color para la próxima edición cuando publicaremos un álbum completo con las finalistas, de esos que son lindos para guardar. Casi todo el mundo se equivoca en sus cálculos. Cada año, cuando se va aproximando el mes de noviembre, los colombianos empiezan a hacer cuentas, sumas, restas, suposiciones y cábalas sobre el valor económico del reinado de Cartagena.
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¿Cuánto cuesta el disfraz de una candidata, sus cinco días de maquillaje, las pancartas para conquistar adeptos o el largo y elegante traje de la noche de coronación? Cuesta más de lo que muchos discretos piensan, y menos de lo que se imaginan algunos exagerados. Las cifras varían de acuerdo con la capacidad económica de cada departamento, con las posibilidades de la familia de la candidata o con el aporte que haga la empresa privada de cada región. Este año, para que los colombianos no siguieran dando palos de ciego ni haciendo cuentas alegres, los enviados especiales de CROMOS se impusieron un objetivo: averiguar, de comitiva en comitiva, lo que había costado cada traje, cada caja de talco para la cara, cada metro de tela, cada afiche. No fue tarea fácil. Algunas delegaciones tenían reservas para suministrar sus datos porque sospechaban que el reportero era un empleado de la Administración Nacional de Impuestos, disfrazado de periodista.
Esta es la verdad.
Antioquia también invierte en aguardiente
Ocurrió algo curioso que nadie pudo descifrar: la Señorita Antioquia, Luz María Osorio, llegó a Cartagena el miércoles 7 de noviembre, un día antes que las demás candidatas. A pesar de ese hecho excepcional, y de que la ciudad no se había preparado todavía para el arribo de las reinas, los rumbosos integrantes de la delegación paisa repartieron botellas de aguardiente –antioqueño, naturalmente– entre la gente que salió a la calle cuando avanzaba la caravana de la candidata.
Los siguientes son los gastos de Antioquia en el concurso de este año:
Vestido para la noche de coronación*: $28.500 + Dos disfraces: $13.000 + Diez trajes de noche: $27.000 + Veinte trajes de coctel: $36.000 + Peinados y maquillaje: $3000 + Aguardiente, afiches y carteles: $15.000
Total: $122.500
*La Señorita Antioquia fue la única que llevó dos trajes para la coronación.
Atlántico cree en la música colombiana
Julieta Jiménez Rondón es una bailarina consumada. Cuando la eligieron candidata del Atlántico, declaró a los periodistas: «Son pocas las cosas que me gustan más que el baile». Tal vez por eso, y porque sus delegados saben lo que pesa el folclor en el Concurso Nacional de Belleza, la gente barranquillera invirtió también en una cumbiamba, un ballet del pueblo de Galapa y varios conjuntos musicales.
La lista de gastos del Atlántico es la siguiente:
Vestido para la coronación: $12.200 + disfraces: $15.000 + trajes para las fiestas: $13.900 + nueve trajes de coctel: $20.115 + Peinados y maquillaje: $6800 + afiches, ballets y fotografías: $25.000
Total: $93.015
Cundinamarca o la reina-noticia
Liliana del Castillo tuvo un conflicto: la Asamblea de Cundinamarca la desautorizó por decreto para competir en Cartagena. Pero como las reinas no son empleados públicos que se pueden destituir de un pupitrazo, la junta cartagenera se mantuvo en su decisión de aceptarla como representante de su tierra. Ella misma se sufragó sus gastos. Y fue la candidata-noticia del certamen. Gran amiga de los periodistas. Mujer discreta, a pesar de lo que trataron de hacerle, prefirió no hablar de eso.
Vestido para la coronación $8000 + Disfraces $11.900 + TRAJES de noche $11.000 + TRAJES DE COCTEL $15.000+ Peinados y maquillaje $4000
Total: $49.900
Norte de Santander protesta con motivos
Eleonora Martín Abrahim, una estupenda mezcla de italiano y libanés, estuvo siempre entre las favoritas del pueblo y los turistas. La penúltima noche, su delegación hizo una protesta justa: los propagandistas de otras comitivas, en desarrollo de una inclemente guerra de carteles, habían tapado o destruido los afiches que había en los postes del alumbrado con la cara de Eleonora, llevando una gorra terciada sobre la sien izquierda.
Vestido para la coronación $15.000 + Disfraces $13.800 + TRAJES PARA FIESTAS $14.000+ PEINADOS Y MAQUILLAJE $8000 + TRAJES DE COCTEL $18.400 + PUBLICIDAD $12.000
Total
$81.200
Cesar se tomó a Cartagena con música y alegría
Josefina Castro Daza, la muchacha vallenata, es una mujer excepcional. Fuera de serie. Simpática, alegre, extraordinaria conversadora. Por eso los fotógrafos la eligieron su reina. Y con ella, siempre a su lado, más de trescientos cesarenses con música de acordeón, con los cantos de Escalona, le dieron calor a los días lluviosos y grises del concurso. Cesar se ganó una corona: la de tener la reina más agradable.
Vestido para la coronación $22.000 + Vestidos de coctel $18.715 + Disfraces $24.602 + Vestidos de noche $16.000 + Peinados y maquillaje $10.000 + Música, publicidad, carteles $25.000
Total
$116.317
Chocó: cuando la pobreza hace milagros
El reportero considera su obligación confesar que sintió un poco de pena por la Señorita Chocó, Gladys Silima Ramírez, el día que llegó a Cartagena. Nadie salió a recibir en la escalerilla de su avión. Acompañada de su hermana Alicia –que fue reina hace dos años– la muchacha chocoana caminó sola por el aeropuerto, llevando en la mano una caja de cartón cuyo contenido no quiso revelar. La muchedumbre pasaba a su lado sin fijarse en ella. Su departamento, pobre como pocos, no pudo sufragarle los gastos del reinado. Pero fue siempre la candidata-sonrisa, la que tomaba con un poco de humor sus problemas. ¡Y salió de cuarta princesa! Es que, a veces, hay cosas más importantes que el traje…
Vestido para la coronación* $6000 + Dos disfraces** $4000 + Tres trajes de noche $4000
*Se lo regaló un admirador de Cartagena. **Confeccionados por ella misma
Total
$14.000
Bolívar rompió el récord
A muchos cartageneros les causó sorpresa –con alguna razón– que su candidata Sonia Margarita García no fuese incluida entre las seis reinas elegidas el once de noviembre en la noche. Era una de las realmente bellas. Y no solo eso: sus gastos durante el concurso superaron a los de cualquier otra aspirante. Según una tía materna, que vivió con ella durante el reinado, los siguientes son los datos económicos de la Señorita Bolívar:
Vestido para la coronación $40.000 + Tres disfraces $75.000 + Vestidos de noche $22.680 + Doce trajes de coctel $27.800 + Peinados y maquillaje $30.000 + Publicidad* $19.900 + Regalos para la gente (licor, etc) $23.000
*Radio, pancartas, conjuntos.
Total
$238.380
Bogotá, o una rosa para Cartagena
Cargada de toneladas de rosas rojas –a las que les habían cortado las espinas para que la reina no se pinchara las manos– la candidata de Bogotá, Patricia Torres Prada, descendió del avión acompañada por el conjunto estudiantil de la Universidad de los Andes, cuyos integrantes –vestidos con largas túnicas de paño negro– sudaban petróleo bajo el sol implacable de Cartagena. La muchedumbre que se amontonaba en los muelles del aeropuerto prorrumpió en vítores: era el resultado de seis semanas de trabajo planeado desde la capital, de donde la candidata les envió telegramas de felicitación a los taxistas, los beisbolistas, los boxeadores y todos los personajes cartageneros que cumplían años.
Además de lo que invirtió en Telecom y en rosas, he aquí los gastos de la comitiva capitalina, sufragados por 36 empresas privadas y la alcaldía de Bogotá:
Vestido para la coronación $20.000 + Disfraces $23.000 + Vestidos de noche $12.000 + Vestidos de coctel $17.800 + Peinados y maquillaje $9000 + Flores, afiches y pasacalles $20.000 + Cuadernos y lápices para regalar $10.120
Total
$111.920
La chica de Córdoba sorprendió a todo el mundo
Lourdes Barreneche Berrocal estudia Sociología. Era poco lo que se sabía de ella. Pero al segundo día del reinado, cuando las candidatas estaban al borde del abismo nervioso en su desfile ante el jurado y la televisión, en la casona colonial del Marqués de Valdehoyos, y cuando los fotógrafos histéricos gritaban «¡Que suba la pierna, Atlántico… baje un poco la mirada, Valle… no empujen carajo!», la muchacha de Montería sorprendió a todo el mundo con un dominio de sí misma que nadie esperaba. Se paseó tranquila ante el jurado. Mientras tanto, su madre le daba a CROMOS los datos de sus gastos.
Vestido para la coronación $15.000 + Peinados y maquillaje $10.000 + Trajes de coctel $16.000 + Disfraces $20.000 + Publicidad $12.000 + Banda de músicos $5.000 + Trajes de gala $13.800
Total
$91.800
Caldas no fue ni barato ni caro
A los veinte años de edad, la candidata de Caldas, Olga Lucía Jaramillo, se considera una experta cocinera. Fue la última reina en llegar a la ciudad heroica a las siete de la noche de un jueves caluroso. Salió a recibirla un conjunto de bailadoras negras empapadas en sus pollerines de maligú. Ya la muchedumbre, sucia de maicena y alborotada por el estruendo de los buscapiés, se había ido dispersando hacia el barrio de Bocagrande, corazón del concurso, y hacia las casetas de la Plaza de la Infantería de Marina. A esa hora el reportero tuvo que ponerse a buscar a un delegado caldense que le suministrara los datos de la señorita Jaramillo.
Vestido para la coronación $10.000 + Dos Disfraces $12.000 + Tres vestidos de gala $11.200 + Trajes de coctel $17.000 + Peinados y maquillaje $2900 + Publicidad $6000
Total
$59.100
La señorita Colombia invirtió $100.000
Mientras «Colacho» Mendoza, un célebre músico vallenato, andaba por las calles de Bocagrande cantando La Niña Ceci –el disco de moda–, la Señorita Santander, Ella Escandón Palacio, escuchaba su nombre en el veredicto del jurado, entre el calor ensopado del Teatro Cartagena. La chica estaba tan nerviosa cuando vio una estampida de fotógrafos y locutores corriendo hacia ella, que solo alcanzó a exclamar: «¡Dios mío!», y a su padre le dijo «Felicitaciones», cuando era él quien iba a felicitarla. Declarada admiradora de La pantera rosa, he aquí lo que invirtió en el concurso donde sería elegida:
Vestido para la coronación $20.000 + Disfraces $25.000 + Vestidos para fiestas $15.000 + Peinados y maquillaje $5000 + Vestidos de coctel $18.000 + Publicidad $16.000
Total
$99.000
Guajira y el arrepentimiento
Maritza Dáez, nacida entre los vientos salados que azotan la Guajira, estaba arrepentida por haberse cortado su larga cabellera una semana antes del reinado. Y les contaba a los periodistas la forma en que se divierte pintando los paisajes desérticos de su tierra sobre vasos de porcelana.
Vestido para la coronación $25.000 + Disfraces $21.000 + Peinados y maquillaje $10.500 + Trajes de coctel $19.000 + Publicidad $13.000 + Vestidos de noche $14.000
Total
$102.500