Imagen del menú de inicio y de la barra de tareas de Windows 95, que el año pasado cumplió 25 años.
El genio que concede deseos no sale de una lámpara mágica. El genio hoy tiene forma de aplicación. La tecnología acorta distancias, simplifica procesos y es capaz de proponerse a llevar a cabo lo imposible.
Chatbot es una idea que simula la comunicación con una persona muerta a través de un algoritmo capaz de cruzar información relacionada con el ser que ya no está. El proyecto, que Microsoft iba a patentar, pretendía simular la comunicación con “entidades presentes o pasadas, tales como amigos, familiares, conocidos, personajes famosos, históricos o de ficción”
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Tim O’Brien, gerente general de Microsoft para programas de Inteligencia Artificial, informó en su cuenta de Twitter que Chatbot finalmente se cancela. La compañía consideró “perturbadora” la posibilidad de recrear una conversación con alguien que ya no existe utilizando la tecnología al servicio de los datos.
Chatbot se concibió para simular la dicción, el estilo, la voz, el tono y la intención del ser querido que ya no exista. Con las herramientas de hoy es factible recrear la longitud de un diálogo y demás complejidades del simple y valioso acto de la comunicación.
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Sin saber si en el futuro otros desarrolladores se le midan a elaborar su propio Chatbot, sobre la mesa vuelve a quedar el compromiso ético. Los programadores tienen un poder incalculable capaz de hacer realidad lo que un día soñamos.