Comerse las uñas, conocido como onicofagia, es más que un simple hábito; afecta tanto la estética como la salud de las manos y la boca. Este acto compulsivo, que muchas veces nace en momentos de estrés o ansiedad, es una vía para que los microorganismos en las uñas entren en la boca, causando infecciones y otras complicaciones.
Desde dañar la alineación dental hasta afectar el esmalte y las encías, el hábito de morderse las uñas puede tener consecuencias de largo plazo, incluso si se ha realizado un tratamiento de ortodoncia.
Sigue a Cromos en WhatsAppSin embargo, abandonar este hábito es posible y, con los pasos adecuados, las uñas pueden recuperarse y volver a crecer de manera saludable.
¿Qué puedo hacer para dejar de comerme las uñas?
A continuación, se presentan cinco consejos que han probado ser efectivos para detener este impulso, recuperando el control y logrando unas uñas fuertes y bien cuidadas:
1. Identifique sus detonantes
El primer paso para dejar de morderse las uñas es identificar las situaciones que desencadenan el hábito. Es común que las personas recurran a este comportamiento en momentos de estrés o aburrimiento, por lo que reconocer estos momentos y ser conscientes del impulso es clave. Llevar un registro de cuándo y dónde ocurre puede ayudar a detenerlo.
2. Use productos de sabor amargo
El uso de esmaltes o geles amargos diseñados para uñas, como el aloe vera o productos específicos como Mordex, puede ser un gran aliado. Estos productos, al aplicarse sobre las uñas, dejan un sabor desagradable al contacto con la boca. El sabor amargo sirve como recordatorio inmediato del hábito y es efectivo para reducir el impulso.
3. Practique el autocontrol y recurra a apoyo psicológico
Para quienes el hábito es difícil de romper, recurrir a la terapia puede ser útil. La terapia ayuda a comprender y manejar el estrés y la ansiedad subyacentes. Además, practicar el autocontrol diario y fortalecer la voluntad permitirá superar el hábito de manera duradera.
4. Considere las uñas postizas
Las uñas acrílicas o de porcelana funcionan como una barrera física que impide morder las uñas naturales. Aunque es una solución temporal y puede ser costosa, puede ayudar a reducir el hábito mientras las uñas naturales crecen.
5. Cubra las uñas y mantenga una buena hidratación
Poner tiritas o cubrir las uñas es una técnica efectiva para evitar que se muerdan. Durante este proceso, es esencial mantener las uñas y cutículas hidratadas, previniendo así las pieles secas, las cuales suelen desencadenar el impulso. Cortar cualquier piel seca con una tijera fina en lugar de morderla reducirá la tentación.
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Cada paso hacia dejar de morderse las uñas es un avance hacia el autocuidado y el control emocional. Con paciencia y perseverancia, el hábito puede ser reemplazado por rutinas que mantengan las uñas fuertes y sanas, reflejando no solo una mejora estética sino también un cambio positivo en el bienestar.
*Contenido generado con asistencia de la IA.