"Estamos viviendo en una época atípica y extraña donde muchas personas están sufriendo mucho. La ansiedad, la incertidumbre, la frustración y el miedo son sentimientos comunes". Teresa Gutiérrez, psicopedagoga y experta en neuropsicología.
Se podría decir que el positivismo tóxico es otro síntoma del covid-19. A raíz del aumento de contagios en todo el mundo, las redes sociales se invadieron de mensajes positivos. Esto no estaría mal si no se hiciera de manera excesiva, que es cuando se vuelve tóxica.
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Sigue a Cromos en WhatsAppPara la terapeuta y psicóloga británica Sally Baker “el problema de la positividad tóxica es que es una negación de todos los aspectos emocionales que sentimos ante cualquier situación que nos plantee un desafío. Nos aísla de nosotros mismos, de nuestras auténticas emociones. Nos escondemos detrás de la positividad para mantener a otras personas lejos de una imagen que nos muestra imperfectos”.
Como lo explica la especialista este optimismo desmedido puede resultar peligroso. No te preocupes, todo va a salir bien”, “Hay que mantener la buena vibra”, “Lo superarás” son algunas de las frases más usadas que sueles decir y repetirte a ti mismo ante situaciones normales de angustia o tristeza, que no solo disfrazan la respuesta natural, sino que “negar constantemente todo lo ‘negativo’ que sentimos en situaciones difíciles, es agotador y no nos permite crear resiliencia -la capacidad de adaptarnos a situaciones adversas- “, agrega Baker.
Al reprimir las emociones, según la psicóloga se afecta nuestra salud: “si escondes tus dificultades mentales tras una fachada de positividad tóxica, éstas serán reflejadas de formas alternativas en tu cuerpo, desde problemas en la piel hasta síndrome del intestino irritable”.
Las consecuencias también son psicológicas, y según Teresa Gutiérrez, psicopedagoga y experta en neuropsicología pueden llegar a ser más graves que una depresión. “Se desvirtualiza el mundo emocional y puede llevar a vivir una vida irreal que daña nuestra salud mental. Tanto positivismo no es positivo para nadie. Si no hay frustración y fracaso, no aprendemos a desarrollarnos en nuestras vidas”.
La clave es aceptar
No hay una manera “adecuada” de sortear las situaciones difíciles y mucho menos un manual de comportamiento, pero los psicólogos lo resumen en una fórmula sencilla: aceptar todas las emociones, en lugar de eliminar las que nos hacen sentir mal.
“Ser más honestos, más auténticos, no tener miedo a expresar que nos sentimos tristes, deprimidos o con ansiedad. Reconocer que nos sentimos mal y saber que eso pasará. Experimentar esas emociones y aprender de ellas para ser más resilientes”, explica Baker.
“Cuando alguien te comparta sentimientos negativos, en lugar de apresurarte a hacer que esa persona se sienta mejor o piense de manera más positiva, intenta tomarte un segundo para reflexionar sobre su malestar o su miedo y haz todo lo posible por escuchar. Ya resulta bastante aislante estar en un lugar emocionalmente difícil; cuando la gente trata de silenciar esas emociones, especialmente amigos y familiares, duele mucho. Escuchar a alguien que sufre puede marcar una gran diferencia en sus vidas”, aconseja Stephanie Preston, profesora de Psicología en la Universidad de Michigan, Estados Unidos.
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POSITIVIDAD TÓXICA / ACEPTACIÓN - VALIDACIÓN
“¡Lo vas a superar!” / “Esto es duro pero ya has superado situaciones similares en el pasado”
“¡Sé positivo! Solo buenas vibras” /“Probablemente ser optimista en estos momentos es difícil”
“¡Nunca te rindas!” /“¿Hay algo que pueda hacer para que te sientas mejor?”
“Podría ser peor” / “Siento que pases por esto”
“No pienses. Mantente positivo” /“Dime qué sientes, te escucho”
“El fracaso no es una opción” /“El fracaso es parte del éxito”