Las almohadas son uno de los elementos más importantes para un buen descanso, pero suelen olvidarse cuando se trata de limpieza. Una almohada sucia no solo afecta la higiene, sino también la salud, ya que puede albergar ácaros, bacterias y malos olores. Sin embargo, lavarlas puede ser un desafío, sobre todo si se deforman en el proceso.
¿Cómo lavar las almohadas a mano sin que pierdan su forma?
Este paso a paso está diseñado para que sus almohadas queden impecables, manteniendo su forma y comodidad:
Sigue a Cromos en WhatsApp1. Revise las etiquetas y materiales
Antes de comenzar, verifique la etiqueta de cuidado de la almohada. Esto le permitirá saber si es apta para lavado a mano y qué productos evitar. Generalmente, las almohadas de poliéster, espuma o plumón pueden lavarse, pero con cuidado.
2. Prepare un recipiente adecuado
Consiga una tina o balde grande donde la almohada pueda sumergirse completamente. Llene el recipiente con agua tibia; evite el agua caliente, ya que puede dañar los materiales.
3. Use un detergente suave
Agregue al agua un detergente líquido suave, idealmente sin fragancias fuertes, para evitar que los residuos irriten la piel. Mezcle bien para disolver el jabón.
4. Lave con movimientos delicados
Sumerja la almohada y, utilizando las manos, presiónela suavemente para que el agua jabonosa penetre en las fibras. No retuerza ni frote con fuerza, ya que esto puede deformarla.
Las almohadas amarillas pueden evitarse con un buen lavado y seco.
5. Enjuague a profundidad
Cambie el agua y enjuague varias veces hasta que no queden restos de jabón. Asegúrese de eliminar todo el detergente, pues los residuos pueden endurecer la almohada.
6. Retire el exceso de agua sin exprimir
Para quitar el exceso de agua, coloque la almohada entre dos toallas limpias y presione suavemente. Evite exprimirla, ya que esto puede comprometer su forma.
7. Seque correctamente
Deje la almohada en una superficie plana en un lugar ventilado, preferiblemente al aire libre pero a la sombra. Voltéela cada pocas horas para garantizar un secado uniforme. Si es posible, colóquela sobre una rejilla para permitir que el aire circule por ambos lados.
8. Esponje y verifique
Una vez seca, esponje la almohada golpeándola suavemente con las manos para devolverle su forma original. Asegúrese de que esté completamente seca antes de usarla o guardarla para evitar malos olores o humedad.
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Lavar las almohadas a mano puede parecer una tarea compleja, pero con este método sencillo, no solo prolongará su vida útil, sino que también garantizará un descanso más higiénico y cómodo.
Incorporar esta rutina de limpieza cada tres o seis meses, dependiendo del uso, marcará una gran diferencia en la calidad de su sueño y en la frescura de su cama. Sus almohadas se lo agradecerán.
*Contenido generado con asistencia de la IA.