Los labios están formados por tejido epitelial y la última de sus capas está compuesta por una delgada franja de células llenas de queratina.
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Las células muertas, aun en esta condición, tienen la función de proteger los tejidos subyacentes, por lo que es necesario nutrir tanto la dermis subyacente como la capa de queratina.
¿Cómo cuidar la piel reseca de los labios?
Tomar agua, aplicar manteca de cacao, caléndula o vaselina, son grandes alternativas a la hora de recuperar la hidratación de esta zona, así como la vitamina E, utilizada en los últimos años por la medicina oriental para terminar con los labios resecos.
Si sufres de resequedad en los labios frecuentemente, sabrás lo molesto e incómodo que es. En lugar de sufrirlo con productos químicos que solo te resecan los labios más, usa estos trucos con ingredientes naturales que encontrarás en tu propia casa. Mejorarán rápida y eficazmente la salud de tu piel en los labios, que es sensible y muy delgada.
Hidratar los labios, que frecuentemente se lastiman con el sol, debe ser una tarea diaria para que no se vean lastimados.
María Bernarda Vergara, especialista en medicina estética, le dijo a El Universal que “los labios son una parte del rostro que genera impacto en la estética de la expresión, no solo porque a través de la historia se han relacionado con la sensualidad de la misma, sino porque también son los primeros que reflejan los signos del envejecimiento. Por esto, se están tomando en cuenta el uso de tratamientos temporales para añadir volumen e hidratación”.
No obstante, el único problema de los labios no es el volumen que tengan o la estética como tal; pues existen otros factores que pueden llegar a alterar los labios ocasionando grietas, fuegos o resequedad.
Teniendo en cuenta ello, Consumer, una iniciativa de la Fundación EROSKI, en España, explica que no consumir alimentos ricos en vitaminas puede ocasionar un mal aspecto de la piel.
Vitaminas A, C y K para hidratar los labios
Una piel seca (xerosis) y escamosa denota poca hidratación y algo más. “Necesita los nutrientes que alimentan a las células epiteliales para su correcta renovación y regeneración. Las vitaminas A, C y K nutren la piel, por lo que su carencia se refleja en esta parte externa del cuerpo. Aunque la falta de vitamina K no es nada frecuente, la equimosis o hematomas que aparecen debajo de la piel o las pequeñas manchas rojas (petequias) pueden ser signo de tal deficiencia”.
La web mencionada también destaca que “el brillo y la elasticidad de la piel lo proporcionan los ácidos grasos esenciales que, a su vez y junto con sendas vitaminas, pueden ser los que falten para ayudar a tratar o a mejorar los eccemas, la psoriasis y el acné”.
Las hortalizas y frutas de otoño e invierno de color naranja, como zanahorias, calabaza, boniatos y cítricos (naranjas, mandarinas, pomelo), proveen las dos vitaminas más necesarias, la A y la C.
Además, todas las recetas deberían estar aderezadas con “aceite de oliva virgen extra como fuente indiscutible de ácidos grasos esenciales. Añadir frutos secos a los platos o tomar un puñado entre horas es una contribución adecuada en grasas buenas para el organismo”.