Tener una relación romántica y mantenerla a lo largo del tiempo es una tarea difícil, aunque es un decir muy cliché el de que cada persona es su propio mundo, es muy cierto porque es complejo conocer a profundidad a la pareja.
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Es normal que, así como hay cosas que te encantan de esa persona especial, hay algunas que no tanto, que incluso en dado momento pueden ser una molestia, que seguramente en algunos casos le has pedido que cambie.
Si ya llevas un tiempo considerado en pareja, a estas alturas ya tienes la capacidad de identificar todos esos atributos negativos de tu novio o esposo, entonces aquí la pregunta es: ¿Cómo hacer para que el vínculo perdure? Esto se logra porque los ideales van cambiando con el tiempo, ajustándose a lo que es el otro u otra.
Puede que al principio esta idea te resulte extraña, pero en realidad tiene mucho sentido, se trata de un mecanismo de la mente que ajusta nuestros ideales, gustos y preferencias a fin de que a relación parezca más plena y satisfactoria. De cierta manera, las personas ajustan las expectativas frente a lo que su pareja ofrece, de esta manera de hace un balance y se puede sentir mayor comodidad hablando de la conexión que sostienen.
¿Qué es el modelo de estándares ideales?
Existe un modelo de estándares ideales de Fletcher & Simpson, estos autores afirman que las personas utilizan algunos elementos para juzgar y regular las relaciones interpersonales, que son los ideales. Estos hacen referencia a lo que esperamos y deseamos encontrar en una persona especial y el tipo de relación que quisiéramos tener.
Existen tres categorías:
1. Calidez, compromiso e intimidad.
2. Salud y atractivo físico.
3. Estatus y recursos.
Estos grupos indican ventajas evolutivas cuando nos emparejamos. Un compañero comprometido debería representar apoyo y cooperación en la crianza. Una persona sana y atractiva representa la fertilidad. Alguien que tenga un buen estatus sociales asegura los recursos y la posición deseada en la sociedad.
Si bien queremos a alguien que esté posicionado en las categorías mencionadas previamente, la verdad es poco realista, entonces se prioriza uno de las tres, algo que a veces o frecuentemente se hace inconscientemente.
Los ideales ayudan a revisar la calidad de la otra persona como pareja y la relación que sostienen, también nos ayudan a entender por qué pasan algunas cosas con el vínculo, por ejemplo, los motivos por los que suelen pelear. De esta manera podemos ajustar aquellas cosas que hacen tambalear la mesa, pero al hacer esos ajustes entre lo que queremos y tenemos, pueden haber algunas discrepancias.
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Cuando esto paso se dan dos caminos, por un lado, se hace frente a la realidad y se toman decisiones, puede que sea cambiar al otro o simplemente terminando con la relación. En este último camino se toma cuando los problemas son muy graves o porque aparece a alguien que pareciera ofrecer algo mejor.
Pero otro panorama es cuando preferimos idealizar al compañero e ignoramos esas cosas no tan deseadas. De esta manera se cambian nuestros ideales y se modifica lo que buscamos en una relación y se ajustan las expectativas. Esto suele suceder cuando nos proponemos un compromiso a largo plazo.
