En situaciones de emergencia como el temblor que se vivió este 31 de octubre en el centro de Colombia, contar con buena condición física puede ser clave para mantener la calma y reaccionar adecuadamente. ¿Es posible que el ejercicio nos prepare para enfrentar un sismo?
La ciencia sugiere que, si bien no hay forma de predecir cuándo ocurrirá un movimiento telúrico, ciertos ejercicios pueden ayudar a mejorar nuestra estabilidad física y mental, permitiéndonos actuar con mayor control.
Sigue a Cromos en WhatsApp🗣️ Este jueves, 31 de octubre, se registraron dos sismos destacados en el país. El primer evento ocurrió a las 11:08 a. m. en el municipio de El Calvario, #Meta, con una magnitud de 4.1. El segundo sucedió veintitrés minutos después, a las 11:31 a. m., y tuvo lugar en el… pic.twitter.com/jneE8DAfjg
— Servicio Geológico Colombiano (@sgcol) October 31, 2024
El bienestar como escudo: el rol del ejercicio físico durante un temblor
El equilibrio y la movilidad son factores cruciales que pueden marcar una diferencia cuando el suelo se mueve. Ejercicios que fortalezcan los músculos estabilizadores, como los entrenamientos de bajo impacto, mejoran la postura y la resistencia. Prácticas como las sentadillas, los lunges y los movimientos de estabilidad fortalecen las piernas y el core, lo que ayuda a mantener el balance y a evitar caídas. Estos entrenamientos también optimizan la agilidad, lo cual podría facilitar movimientos rápidos para ponerse a salvo.
Un ejemplo es el entrenamiento de equilibrio que los atletas practican, donde se trabaja en superficies inestables. Aunque parecería exagerado, este tipo de práctica puede ser útil en condiciones de piso inestable durante un temblor, permitiendo recuperar el equilibrio rápidamente.
Ejercicio mental: técnicas para manejar la ansiedad en un temblor
Además de la preparación física, la salud mental juega un rol vital en situaciones de crisis. La ansiedad provocada por un temblor puede nublar la mente, dificultando las decisiones y, en algunos casos, llevando al pánico. Actividades como la meditación y el control de la respiración ayudan a reducir la respuesta al estrés, manteniendo la calma y promoviendo la claridad mental en momentos críticos. Estos ejercicios actúan sobre el sistema nervioso, ayudando a regular la respuesta al miedo y permitiendo una mejor gestión emocional.
Por ejemplo, el “método de respiración 4-7-8″, donde se inhala en 4 segundos, se sostiene por 7 y se exhala en 8, es una herramienta eficaz para calmar el sistema nervioso en situaciones de estrés repentino, como un sismo.
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Integrar una rutina de ejercicios que incluya movilidad, estabilidad y técnicas de respiración puede ser un enfoque proactivo en zonas sísmicas. Al preparar tanto el cuerpo como la mente, se desarrollan recursos que, aunque no garantizan la seguridad, sí aumentan las probabilidades de actuar adecuadamente.
De esta forma, el ejercicio físico y mental se convierten en más que simples actividades de rutina; representan una estrategia de autodefensa ante situaciones imprevisibles. La salud física y mental no solo mejora la calidad de vida diaria, sino que se convierte en un recurso invaluable cuando el mundo se sacude.