
¿Qué hago si mi bebé tiene hipo?
El hipo se manifiesta en la mayoría de los recién nacidos y se prolonga de manera constante hasta los seis meses de edad. Generalmente no representa ninguna enfermedad, ni tampoco debe ser motivo de preocupación. Este síntoma irá disminuyendo su frecuencia.
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Es válido aclarar que el hipo es un reflejo normal, que se presenta principalmente en los bebés y que va disminuyendo en la medida en que el pequeño va creciendo. Se produce por un estímulo en el estómago, el esófago y del lado abdominal del diafragma (que es el músculo que separa el tórax del abdomen), obligando de esta manera a contraer los músculos respiratorios. El estímulo viaja a través del nervio frénico o de la cadena simpática de nervios, ocasionando un cierre abrupto de las cuerdas vocales. Este proceso ocurre en milésimas de segundos y se manifiesta con el hipo.
El hipo no incomoda al bebé, no es doloroso y la mayoría de las veces se resuelve en corto tiempo. Lo importante es que no se asocia a ningún tipo de enfermedad ni de problema permanente.
Lo más efectivo para detener el hipo es aumentar la producción de dióxido de carbono, distender el estómago o tomar bebidas carbonatadas. En los bebés, la mejor opción es darles de comer para “llenar” el estómago y producir distensión, de esta manera se evitará el estímulo.
Si el hipo dura más de 48 horas, en especial en niños mayores, se considera un hipo patológico. En ese caso deben descartarse enfermedades como infección o problemas malignos que afectan el diafragma, lesiones del cerebro o de la vía simpática.
Foto: Google con derecho a reutilización.