¿Qué pasa cuando se llega a la muerte cerebral o muerte encefálica?

Lorena García Ibarra es médica de la Universidad del Magdalena, con magister en epidemiologia de la Universidad del Rosario. Lleva siete años trabajando en investigación clínica en diversas áreas médicas. En entrevista con la Revista Cromos nos cuenta todo lo relacionado con la muerte cerebral.

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En el caso de que el paciente no tenga ningún soporte artificial (aparatos o medicamentos) el corazón y los pulmones dejan de funcionar eventualmente. “Cuando no hay señales del cerebro a través del tallo encefálico para activar las funciones autonómicas del cuerpo, hay un cese de actividades que produce la muerte del paciente”.

“La muerte cerebral es ocasionada por lesiones craneoencefálicas traumáticas severas o por lesiones de tipo hemorrágicas que pueden generar algunas condiciones fisiopatológicas que alteran el aporte de oxígeno a las células, en este caso a las neuronas y, eventualmente hay una finalización de las actividades cerebrales”, comenta Lorena quien y como es bien sabido que el cerebro es quien da la orden para todas las funciones del cuerpo tanto autonómicas como no autonómicas.

Para la especialista, la muerte cerebral se puede determinar, teniendo en cuenta una serie de exámenes de diagnóstico clínicos, sin embargo, los médicos se pueden apoyar en estudios imagenológicos que confirme la condición y descarte otros hallazgos.

Algunos signos son:

-Pérdida de los reflejos del tallo cerebral que está relacionado con las respuestas pupilares o respuestas de movimientos a nivel de la cabeza.

-Ausencia de los reflejos respiratorios (vasopresores)

-Ausencia de los reflejos cornéanos y mandibular.

-Ciertas posturas del cuerpo hacen determinar que la persona tiene muerte cerebral.

¿Muerte cerebral es lo mismo que muerte encefálica?

Digamos que pueden tener similitud los dos términos, son casi los mismo, pero hay que aclarar que el término más completo y correcto es muerte encefálica.

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“Coloquialmente se conoce como muerte cerebral, pero el término correcto es muerte encefálica, el cual no solo incluye la muerte de los dos hemisferios cerebrales sino también del tallo cerebral, que es donde se cumplen todas las funciones autonómicas del cuerpo como: los latidos del corazón y el proceso de respiración” .

La muerte cerebral es un proceso irreversible y definitivo lastimosamente para el paciente, quien queda con “función” de los órganos vitales gracias a los soportes externos, ya sean de medicamentos o de equipos como, por ejemplo, la ventilación mecánica, porque una vez se retiren estos soportes pues dejan de trabajar esas funciones vitales, declarando la muerte de la persona.

García Ibarra aclara que, para diagnosticar muerte cerebral a un paciente, se debe haber descartado otras causas para no confundir el diagnostico. Hay que descartar muy bien otras condiciones antes de dar el diagnóstico clínico:

“En algunos casos puede ser que el paciente presente un coma profundo, sedación o anestesia con agentes potente, que son situaciones que pueden confundir la condición de la persona, así es que se hace necesario que se le practique un diagnóstico clínico, pero también que puede apoyarse en estudios imagenológico, tomografía axial computarizado (tac), un Doppler cerebral, o un encefalograma”, comenta la especialista.

Estos exámenes se realizan con el fin de descartar que el paciente tenga otra condición médica que conlleve a una sedación o un coma profundo y estas sean descartadas para determinar la muerte cerebral.

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