Mujer con lentes
Nuestra primera relación con el mundo se establece cuando lo vemos. Los ojos nos ayudan a entender quiénes somos, qué queremos y para dónde vamos. En esta medida, deberíamos cuidarlos y protegerlos. Deberíamos ser conscientes de aquello que los daña y también de lo que los beneficia. Deberíamos entender que hay diferentes factores que afectan nuestra visión y que no siempre son genéticos. Consultamos algunos expertos y armamos esta guía para que conozca con mayor detalle qué debe tener en cuenta a la hora de velar por la salud de sus ojos.
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Bajo el sol
Las gafas de sol son nuestras grandes aliadas en una foto. Le sientan bien a cualquiera y siempre aportan estilo. Solo por eso, deberían ser acompañantes incondicionales. Hoy es difícil que no relacionemos este accesorio con la moda, pero no siempre fue así. Se dice que el ser humano empezó a cuidar su visión hace unos 12.000 años, cuando los pueblos esquimales fabricaron artefactos que reducían la cantidad de luz que entraba a los ojos para evitar la ceguera que puede producir el sol al reflejarse en la nieve.
Hoy pareciera que la función principal de las gafas de sol fuera proteger el estilo, y está bien que así sea. Por medio de la moda se cuida la salud. El problema es que a la hora de buscar este accesorio solo pensemos en cómo nos vemos y no en las características que nos permitirán proteger la visión.
Según el optómetra Hernán Salazar, es importante que las gafas tengan un filtro 400, el cual absorbe las radiaciones nocivas. Muchos de los lentes que compramos por ahí no traen filtros y puede ser más perjudicial usarlos que no hacerlo, ya que al ser oscuros hacen que la pupila se dilate y, por lo tanto, entre más luz negativa. Se deduce, entonces, que existen lentes oscuros que solo disminuyen la intensidad de la luz y otros con filtros (que pueden ser incluso transparentes) que absorben las radiaciones ultravioleta. Esos son los que deberíamos buscar.
En el computador
La vida en el mundo de hoy transcurre frente a un computador. Pensamos que allí, en medio de una oficina y resguardados del caos de la ciudad, estaremos sanos y salvos, pero no es así. Ese aparato electrónico con el que pasamos más tiempo que con nuestra familia emite una luz azul que es muy dañina para los ojos. Por esta razón, así consideremos que tenemos una vista perfecta, vale la pena conseguir gafas con un filtro especial –y un tinte ligeramente amarillo– para que absorban la luz perjudicial.
Adicionalmente, el Vision Impact Institute de Essilor hace ciertas recomendaciones para cuidar la salud visual en la oficina: forzar el parpadeo para prevenir la resequedad del ojo, ya que frente a una pantalla pasamos de 18 a 3 parpadeos por minuto; mantener los ojos cerrados durante 20 o 30 segundos cuando se sienten pesados o hay ardor; incluir en la dieta frutas y verduras ricas en luteína, como el kiwi, las uvas rojas y el calabacín, y ajustar las pantallas del celular y el ordenador a un brillo medio que evite forzar la vista.
Durante el embarazo
“En el embarazo –explica la optómetra Nubia Bejarano– la mujer retiene líquidos y esto puede ocasionar alteraciones temporales o permanentes en los ojos, como miopía, astigmatismo o hipermetropía. También suele presentarse resequedad ocular o visión borrosa, que puede ser la alerta de otras enfermedades”. Frente a esta realidad, que muchas mujeres desconocen, los expertos tienen unas sugerencias, pero se debe partir de que hay cambios que no es posible prevenir.
La retención de agua durante el embarazo puede producir hinchazón alrededor de los ojos y limitar la visión periférica o lateral. Para reducirla, se recomienda poner compresas frías o una máscara de gel frío sobre los ojos. Por otra parte, se sugiere consumir suplementos con ácidos grasos Omega 3, ya que ayudan a reponer los lípidos que lubrican el ojo. Los médicos advierten que las cirugías para eliminar la miopía, el astigmatismo o la hipermetropía pueden revertirse como consecuencia de un embarazo, por lo tanto, aconsejan que las mujeres esperen hasta después del parto para la operación.
En la menopausia
Con la edad pueden llegar ciertas enfermedades oculares, como el glaucoma, la degeneración macular, la retinopatía diabética, las cataratas o la presbicia. “Con el paso de los años, las mujeres tienden a padecer problemas de los ojos por varios factores –cuenta Bejarano–. Algunos pueden ser hormonales, como la menopausia, pero también hay razones que vienen desde la juventud, como el uso inadecuado de cosméticos”.
Hacia los 40 y los 50 años, se recomienda ingerir cantidades adecuadas de vitamina A y carotenoides, pigmentos vegetales presentes en frutas y vegetales como el mango, la zanahoria, el melón, el tomate, el zapallo, la espinaca y el brócoli. El ideal, además, es no fumar. El humo del cigarrillo contiene sustancias tóxicas conocidas como radicales libres y hay indicios de que las cataratas y la degeneración macular son causadas o agravadas por esas sustancias. Sirve, también, usar una iluminación adecuada en la casa –ni demasiada ni muy poca– y al leer, tratar de que la iluminación venga desde atrás. En cuanto a la presbicia –la pérdida de visión cercana–, se recomienda buscar lentes varilux, que permiten ver nítidamente en todas las distancias, sin la molesta línea divisoria que tienen los lentes bifocales, y sin tener que quitarse y ponerse las gafas, según la necesidad.
A la moda
Las tendencias de esta temporada apuntan nuevamente a las monturas grandes, aún mejor si son retro y traen de vuelta los años 70 y 80. En la actualidad, se encuentran en el mercado lentes 100% orgánicos, que son más livianos y delgados, por ser de policarbonato. Para los rostros redondos van muy bien los lentes cuadrados o rectangulares con líneas rectas. Para los rostros cuadrados pueden ser más favorables los 'agatados'. Para los rostros triangulares se recomiendan lentes redondos, y para los rostros ovalados funcionan todo tipo de diseños.
Fotos: Istock