Acostumbramos a asociar una inflamación con el deporte. Pero a veces hay motivos más simples para que nos duela una parte del organismo. La salud de los músculos es impredecible. Hay días que parecen de hierro cuando nos golpeamos y en otros se muestran sensibles como cáscara de huevo. En meses de encierro y de sedentarismo, mantenernos en una posición puede provocar dolor. Es un gaje del teletrabajo.
Una de las hinchazones más usuales está en la zona del trapecio o el cuello. Una mala postura durante el sueño es determinante para que empecemos el día con el pie izquierdo. Lidiar con un dolor afecta la paciencia y el ánimo. Por eso es importante saber elegir las cartas para disminuirlo.
Sigue a Cromos en WhatsAppTe puede interesar leer en Cromos: ¿Qué es el sauna infrarrojo y por qué fascina a famosos como Cristiano Ronaldo?
Otra acción que es terreno fértil para los dolores es la práctica de una actividad deportiva. La mayoría de hinchazones son domesticables. Es decir, podemos seguir trotando, jugando fútbol o incluso haciendo yoga con el ardor en las rodillas, en la cadera o en los hombros. Privilegiamos las endorfinas que produce el ejercicio, preferimos la energía y la satisfacción del deber cumplir, aunque sea en detrimento de la lesión.
Según el deportólogo Harold Arévalo una inflamación “es una reacción para proteger el tejido lesionado. Las zonas más frecuentes van en relación a la de mayor uso durante el gesto deportivo”. La sugerencia del médico para hacerle pulso a las hinchazones, que muchas veces son evidentes y otras no se visibilizan, es aplicar hielo durante 15 o veinte minutos en la zona afectada y sus alrededores.
Esta información es para ti: Hablemos del mito de tomar agua para adelgazar: no sigas bebiendo mentiras
“La inflamación puede significar sobreentrenamiento o inconvenientes al practicar un deporte. Cuando hay lesiones repetitivas, el cuerpo avisa que algo está ocurriendo en el gesto o en la carga del ejercicio, sea por frecuencia o por intensidad. Cuando la inflamación es recurrente sobre la misma zona, posiblemente no ha habido el manejo adecuado en cuanto a la rehabilitación o el reposo”, dijo Arévalo en una entrevista a Cromos.
El efecto del frío contrae las células que provocan la inflamación. Si después de aplicar el hielo durante uno o dos días no hay mejoría, la recomendación es recurrir al médico.
Así puedes aplicarte hielo en la zona inflamada
- Usa una toalla o paño: Coloca una toalla fina entre el hielo y la piel para evitar quemaduras o irritaciones.
- Aplica el hielo en intervalos: Coloca el hielo sobre la zona inflamada durante 15 a 20 minutos. Repite cada 2 horas si es necesario, especialmente en las primeras 24 a 48 horas después de la actividad física.
- Evita la presión excesiva: No apliques mucha presión al hielo sobre la piel; deja que descanse suavemente sobre el área afectada.
- Mantén la zona elevada: Si es posible, eleva la parte del cuerpo afectada para reducir la hinchazón y facilitar la circulación.
- No apliques hielo por tiempos prolongados: Evita usar el hielo por más de 20 minutos para no causar daño a los tejidos.
- Repite según sea necesario: Puedes aplicar el hielo varias veces al día, siempre respetando los intervalos para dar tiempo a que la piel se recupere.
- Escucha a tu cuerpo: Si sientes incomodidad o ardor, retira el hielo de inmediato.