La salud mental ha tomado especial relevancia en los últimos años. En tiempos de pandemia, este aspecto de nuestra salud se ha convertido en un elemento fundamental para poder atravesar los tiempos de crisis.
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Hoy por hoy es importante hablar de la salud metal, para saber reconocer qué es y cómo nuestro cuerpo indica que algo no anda bien.
¿Qué es salud mental?
En entrevista con la Revista Cromos, el doctor Juan Manuel Orjuela Rojas, psiquiatra de la Pontificia Universidad Javeriana y neuropsiquiatra de la Universidad Autónoma de México, explicó que “Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es un estado de bienestar en el que la persona es capaz de realizar sus actividades diarias y enfrentar el estrés. La persona puede trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad. En ese sentido, la salud mental es el fundamento de bienestar individual donde la persona es funcional y cuenta con bienestar psicosocial”.
Igualmente dijo que “es importante reconocer e identificar algunas señales de advertencia. Por ejemplo:
- Dejar de compartir con personas o evitar estar en situaciones que se solían disfrutar.
- Padecer trastornos del sueño como el insomnio.
- Tener niveles de energía muy bajos.
El ejercicio de la meditación estabiliza las emociones. Permite sentir más plenitud, calma y felicidad.
- Consumir drogas o alcohol en exceso.
- Sufrir cambios de ánimo repentinos que afectan las relaciones interpersonales.
- Tener pensamientos de muerte o suicidio.
- Cualquier cambio en el ánimo, comportamiento o funcionamiento cognitivo (memoria, atención, orientación, etc.) que contraste con la cotidianidad de la persona ya sea porque ella misma lo nota o porque los demás lo han reportado”.
¿Qué aporta el deporte a la salud mental?
De acuerdo con el Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos Dr. Fernando Monckeberg B, organismo multidisciplinar de la Universidad de Chile, un estudio publicado en la revista de la Asociación Médica de Estados Unidos, JAMA Psychiatry, en 2019, a cargo de Karmel Choi de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, mostró que “correr 15 minutos al día o caminar una hora diaria reduce el riesgo de depresión mayor en un 26 %. Además, la investigación también mostró que mantener un horario de ejercicio puede evitar recaídas”.
Las razones por las que el ejercicio promueve estos efectos en pacientes con depresión tienen que ver con cambios estructurales y fisiológicos en el cerebro. “El ejercicio promueve la creación de nuevas neuronas, proceso que conocemos como neurogénesis, que permite reemplazar aquellas que ya no son funcionales. Vale la pena señalar que este proceso se ha observado incluso en personas mayores físicamente activas, así que la edad no es una excusa para sustituir la comodidad del sofá por algo de actividad física”.
El ejercicio produce sentimientos de calma y bienestar, “asociados a la liberación de hormonas y neurotransmisores. Entre las más conocidas están las endorfinas, unas proteínas pequeñas que tienen una estructura química muy parecida a la morfina, y que son producidas por nuestro organismo; por eso las llamamos ‘morfina endógena’”.
También actúa como un tratamiento natural y eficaz contra la ansiedad. Alivia la tensión y el estrés, aumenta la energía física y mental, y mejora el bienestar mediante la liberación de endorfinas.
“Los ejercicios que involucran movimientos cruzados y que involucran brazos y piernas, como caminar, correr, nadar, hacer pesas o bailar, son algunas de las mejores opciones para quienes tienen o han tenido trastorno por ansiedad”, destacó el instituto.
