Tomada de Pixabay
Cuando la química desborda, la respuesta es sí.
Cuando el feeling está bien, pero no mata, aquí la respuesta es sí.
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De todos modos, en el acto, digamos que segundos antes de hacerlo, hay variables que nuestros sentidos analizan en tiempo record. Tienen que ver con que su cuerpo te atraiga lo suficiente para caer en sus brazos, su humor resulte agradable y que cada uno haya dado los pasos correctos para que haya la atmosfera oportuna para que se den las cosas.
Sí, parece un escenario improbable, ideal, casi perfecto para la cita número uno. No obstante, en muchas ocasiones cedemos y terminamos acostadas con ese desconocido ya no tan desconocido, del que quedará un saldo muy positivo o muy negativo.
El sexo oral y la penetración son actos muy distintos. Si se quiere, uno es más íntimo que el otro. Para mí es fácil llegar a la penetración, se puede dar en un chasquido de dedos, en cambio ahí donde las papilas gustativas están en juego… afloran los escrupulos, el miedo a lo desconocido, las palabras e-n-f-e-r-m-e-d-a-d-e-s venéreas encienden las alarmas.
El sexo oral es cosa de uno más que de dos, contraria a la penetración, que es en simultáneo. El sexo oral uno lo hace o se lo hacen, a no ser que se concrete un sexo oral en paralelo, el clásico 69 que para la primera es factible, pero no tanto como que uno de los dos lleve las riendas e induzca al otro a seguirlas. Sí, primero vos, luego yo (también le puede interesar Si te encanta Pedro Navaja, déjame decirte que sabes poco de salsa y de Rubén Blades).
No me considero una asidua de hacerlo tan fácil, el sexo oral. Confieso que no soy recalcitrante, una vez los filtros físicos hayan sido resueltos, presa de una pasión volcánica, por supuesto que soy capaz de practicarlo, incluso sin protección (el sexo oral con condón es aburrido).
Sí, es riesgoso, demasiado, digno de superengaño de mi madre y mi ginecóloga. Una infección en la boca a algo más preocupante como un VIH, sífilis o clamidia están a la orden del día. Puedo contar con los dedos de la mano las noches que he hecho sexo oral sin con un hombre que conozco ese mismo día, situación que para nada reduce mi falta de responsabilidad.
Me gustaría ser de la que dice “la próxima vez no…”. No lo hago porque sería una promesa falsa. A lo que sí me puedo comprometer es a reforzar la seguridad del acto, dar el 200% en la penetración (claro, si él también lo da), las poses, el erotismo y la exigencia, no vaya a ser que otra vez vuelva y lo haga.
Aclaración: la penetración con desconocidos, por supuesto, es con condón.