Se sabe que el sexo tiene múltiples beneficios para la salud tanto física como mental, de hecho, jocosamente, se habla de su eficiencia a la hora de quemar calorías, aunque puede ser un tema que se converse a la ligera, en realidad, ¿qué tan realista es pensar que el coito puede reemplazar la actividad física para mantener una vida saludable?
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Otra pregunta pertinente sobre este tópico es: ¿La gente con una vida sexual activa suele estar en forma? Ante todas estas dudas, la ciencia se ha puesto en la tarea de averiguar qué tanto es el resultado del sexo en la salud física de las personas y dejar de lado ciertos mitos populares.
Las relaciones sexuales mejoran la productividad y contribuye a una vida en pareja más feliz, pero también hay ciertas posiciones que ejercitan ciertos músculos, esto por la repetición de movimientos que se hacen en el instante.
El National Center of Biotechnology Information comparte cifras interesantes: cuando practicas sexo se queman unas 4.2 calorías por minuto en los hombres, mientras que las mujeres queman unas 3.1, esto en una sesión los hombres quemarían alrededor de 120 calorías en total, mientras que ellas solo 70. En un paseo de 20 minutos y una sesión de elíptica de 10, quema la misma cantidad.
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Parece que entonces sí podría compararse el sexo al cardio, pero no exactamente, porque, ya sea solo o en pareja, no es un ejercicio regular ni planificado. Además, es de tener presente que la sesión de sexo tiene un tiempo que varía de acuerdo a la persona, entonces de eso también depende las calorías que se quemen.
Siguiendo con el tema del cardio, es cierto que en algunos momentos mientras se tiene sexo el ritmo cardíaco puede elevarse notoriamente, como si te hubieras ido a trotar por veinte minutos. Sin embargo, ese ritmo es equivalente a correr con trote lento o a caminar rápidamente, es decir, no se puede comparar un encuentro sexual con una carrera por el parque o en banda.
Para concluir, podemos decir que el sexo es una buena forma de complementar una vida saludable, pero tampoco se puede pretender que puede reemplazar el ejercicio físico que deberíamos hacer regularmente. No reemplaza un entrenamiento, pero tampoco influye negativamente en el rendimiento deportivo.
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