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Vivir en armonía con la naturaleza

Amplias casas con diseños exclusivos tipo español en áreas que van desde los 194 hasta 277 metros cuadrados, en un ambiente natural.

Por El Espectador
09 de septiembre de 2009

En uno de los sitios de mayor valorización y desarrollo sobre la Autopista Central del Norte a 3 kilómetros del puente de La Caro, rodeado de colegios, universidades y clubes se ubica Encenillos de Sindamanoy, uno de los proyectos donde mejor se puede disfrutar de la vista de la sabana de Bogotá, respirar el aire más puro y complacerse de la experiencia de vivir en un club. No en vano el conjunto cuenta con 100 hectáreas de zonas comunes entre lagos, pesebreras, área de camping y granja.

Después de 20 años de construida la primera etapa de Sindamanoy en un espacio de 240 hectáreas parceladas, donde los clientes compraban los lotes y hacían la casa de acuerdo a su gusto, presupuesto y necesidades, la constructora Pedro Gómez toma la decisión de iniciar la segunda etapa del proyecto en el año 2004. Pero esta vez siguiendo un diseño propio y con una mirada contemporánea que se caracteriza por mantener una constante oferta de casas estrato alto a través del desarrollo de diversos conjuntos.

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Casas con estilo propio

Es así como surge Encenillos de Sindamanoy en un lote de 286 hectáreas, un sitio anhelado por miles de familias que desean disfrutar de un contacto directo con la naturaleza, alejado del ruido con una panorámica espectacular y un diseño constructivo de alto nivel que garantice además de la belleza y pulcritud de los espacios, una comodidad sin precedentes.

Por esta razón en la segunda etapa, la constructora invita a un arquitecto diferente para que se encargue de la ejecución de cada subconjunto, con el propósito que todos los proyectos adquieran un carácter diferente que les permita distinguirse del anterior. Y una de las características que más identifica al proyecto es que cada conjunto lleva un nombre español.

Por ejemplo Asturias fue el primer subconjunto dentro de Encenillos de Sindamanoy que se construyó en el 2004 y contó con 72 unidades; le siguió Bariloche; Almería, casas de estilo español; Damasco, que tomó un diseño contemporáneo y por eso su fachada está elaborada en ladrillo; Casares, que toma un diseño mediterráneo; Escorial, que vuelve a retomar el tipo español; y por último Verona, que es la etapa que se encuentra a la venta.

Se trata de 37 casas que adoptan un estilo muy ibérico, mezclado con una tendencia modernista. Compuestas por tablones de arcilla, pañetes rústicos y mucha madera que es el principal material presente en interiores y exteriores. Las fachadas llevan una cubierta de pintura blanca sobre pañete, tejas de barro con una importante altura. Mientras las ventanas tienen dimensiones bastante generosas, llevan marcos en madera y los cerramientos se trabajan con setos naturales.

Las casas tienen acabados muy acordes con el concepto campestre, que les permite ser contemporáneas y al mismo tiempo vernáculas. Los pisos son trabajados en tablón de arcilla, baldosines en cerámica y alfombra argollada. Los mesones llevan granito natural.

Las casas están disponibles desde los 194 hasta los 235 y 277 metros cuadrados. Además tiene un espacio disponible de 14 hectáreas para desarrollar actividades sociales, campestres y deportivas. Por eso está dotada con cuatro canchas de tenis, una de minifútbol, juegos infantiles, tres hoyos de golf, salón de eventos, piscina y gimnasio.

Encenillos de Sindamanoy tiene todo lo que su familia ha soñado para disfrutar, sentir y vivir una experiencia en sintonía con la naturaleza.

Por El Espectador

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