Existen vegetales que aunque no sean muy usados en la cotidianidad, sí aportan vitaminas y minerales que necesita el cuerpo. Uno de ellos es la zanahoria, la cual hace parte de algunas recetas como ensaladas o incluso las lentejas.
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Hay quienes prefieren un trozo de zanahoria crudo, bien sea para acompañar un almuerzo o para comerlo por gusto. Otros, prefieren comerla cocinada pero ¿Cuál de estas dos formas es la mejor para consumirla?
¿Zanahoria cruda o mejor cocinada?
Una de las características que tiene la zanahoria es que ayuda en el cuidado de la piel y más si esta tiene acné pues posee un efecto antioxidante, y en la producción de colágeno.
Igualmente, sirve para bajar de peso y tiene un gran contenido de nutrientes que brindan beneficiosos para la salud.
Una de las vitaminas que tiene la zanahoria es la E, lo que significa que notarás cambios en tu piel cuando empieces a consumirla. Esta hortaliza tiene vitamina B6 que ayuda a que la serotonina fluya por la sangre y se genere una sensación de bienestar.
Según lo explicado por el terapista nutricional Kerry Torren a BBC GoodFood, en el grupo de las verduras que se deben cocinar está la zanahoria. “Su cocción hace que nuestros cuerpos se beneficien más fácilmente de algunos de sus antioxidantes protectores, como el ácido ferúlico en el caso de los espárragos y el betacaroteno -que convertimos en vitamina A-, y de las zanahorias”.
Aunque pueden perder parte de su vitamina C, “cocinar tomates asados o en una salsa cocida ayuda a descomponer las paredes celulares de las plantas, lo que nos permite absorber mejor el licopeno antioxidante”.
Todos estos nutrientes ayudan a “proteger las células del daño ambiental y nos ayudan a protegernos de ciertos tipos de cáncer, además de ser amigables al corazón”.
Por otro lado, el portal español Zanemi señala que curiosamente, “la zanahoria cocida o al vapor no pierde propiedades, sino que la propia cocción provoca una transformación de sus carbohidratos, creando cadenas de azúcar más pequeñas, lo que facilita su digestión”.
Igualmente, destaca que la zanahoria cocida “contiene menos calorías que la zanahoria cruda, que ya de por sí es muy baja: 40 calorías por cada 100 gramos, y además disminuye la grasa y aumenta la cantidad de agua.
Suaviza las paredes del sistema digestivo, y ayuda en enfermedades como la úlcera o la gastritis. Es perfecta para ayudar a resolver gastroenteritis o para ayudar a limpiar el organismo, reparando la flora intestinal”.
¿Y si como zanahoria cruda qué pasa?
Comer la zanahoria cruda tampoco tiene grandes problemas, pues “fortalece los dientes y las encías. Ingerir verduras crudas como la zanahoria mejora el riego sanguíneo bucal y evita que las bacterias se adhieran a los dientes. Además, el flúor, presente en alimentos como las zanahorias, espinacas o manzanas, es un mineral fundamental para mantener en buen estado el esmalte dental y evita la aparición de caries”, explica el medio El Español.
Igualmente, destaca que “ayuda a combatir el estreñimiento y el dolor de estómago por intoxicación, gracias a su elevado contenido en agua, es diurética y ayuda a la desintegración de los cálculos renales y es rica en potasio y fósforo, es un excelente vigorizante para mentes cansadas y restauradora de nervios”.