Andrea Escobar: "Cuando eres modelo, tienes fecha de caducidad"
Salió muy joven de su pueblo en el Valle del Cauca, con las ganas infinitas de convertirse en una gran modelo y lo logró. Tommy Hilfiger, Cartier, Roberto Cavalli, Bulgari y Victoria's Secret son algunos de sus pasos en las pasarelas internacionales.
Por Jairo Dueñas
25 de febrero de 2016
"Cuando eres modelo, tienes fecha de caducidad", Andrea Escobar
Es difícil no mirarla como si fuera un tesoro con esos ojos que parecen dos esmeraldas. Y si a eso le suma sus medidas, pero susurradas por sus propios labios rojos, como dos salvavidas enormes: “Mido 1,80, 32B de brasier, 60 de cintura y 86 de caderas”. Y sí, para reteñir la escena aún más, la ves posar para la cámara con un sostén de encajes, un pequeño panty negro y unos zapatos empinados de tacón puntilla sobre un sofá de cuero bermellón, comienzas a entender por qué esta mujer nacida en Guacarí, un pequeño pueblo en el centro del Valle del Cauca, a 45 kilómetros de Cali, llegó a ser un ángel de Victoria's Secret en la mítica pasarela de la marca de ropa interior en 2012. Belleza con alas.
"El modelaje es mucho de suerte. Si tu ves biografías de grandes modelos, llegaron a serlo por casualidad".
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¿Un vicio?
Un vicio mío. Morderme el labio de abajo y sacarme este cuerito.
Algo que te dé miedo.
La soledad... pero absoluta.
¿Qué le atrae de un hombre?
La forma en la que piensa y pone las ideas con las palabras correctas.
¿Qué la desilusiona de un hombre?
Que me mienta.
¿Como llegar a ser un ángel de Victoria's Secret?
Yo creo que si tu crees en algo lo suficiente tiene que pasar y punto.
¡Usted se ganó esa lotería! ¿Compró el billete?
No, con qué. Uno en mi pueblo, Guacarí, con qué plata tiene para comprar un billete de lotería de Victoria’s Secret. No, no, es que el modelaje es mucho de suerte. Si tu ves biografías de grandes modelos, llegaron a serlo por casualidad, alguien las vió en un centro comercial y les propuso desfilar.
¿Qué día nació?
Nací un 22 de julio.
¿Se puede saber el año?
No quiero decir la edad porque ¿sabes qué pasa? Que con los clientes, a veces, tienes que modificar la edad.
¿Cómo así? ¿En una semana puedes tener tres edades diferentes?
Claro, en tres castings distintos.
¿Qué edades puede manejar?
Si me quito el maquillaje soy de 19, muerta de la risa. Y bien maquillada, yo creería que puedo ser una mujer de 30. He hecho cosas de mamá, de embarazada...
Entonces, de la edad no se habla.
¿Sabes? Como que se la saben, pero no se habla. Quedemos en veinti tantos.
Su mayor hazaña.
Cuando dije: “me voy”, creo que ese siempre ha sido el detonante. Yo salí del colegio a los 15 años, hice la universidad en dos años, Comunicación social y periodismo, para poderme ir del país. Estudié en una universidad en Palmira que te hace todo acelerado.
¿Cómo entra una niña de Guacarí, Valle, al cielo de Victoria’s Secret?
Para este súper trabajo, la verdad, mucho tiene que ver la suerte. Creo que tiene que ver con tu agencia. Es ajeno a mí. Sea el que sea, contacta a la agencia y la agencia le manda fotos a este cliente. Hablando puntualmente de Victoria’s Secret. Ellos escogen entre las fotos a quienes les gustaría tener.
¿Y la agencia cuántas candidatas mandó?
Yo creo que unas 20. Y de las veinte habremos quedado tres. Cuando son clientes muy grandes, no te dicen quiénes son hasta el día anterior. Yo creo que ellos llevaban haciendo casting cuatro meses cuando entré. Hay niñas que vienen de otros países a hacer la misma prueba. Ellos hacen casting en Nueva York, en Los Ángeles, a mi me lo hicieron en Orlando.
¿Y qué le pusieron a hacer?
Caminar pero en grupos. Pasamos tres a la vez. Luego quién se queda y quién se va. A mi me dicen que me espere. Mi cita era a las 8 de la mañana, yo pasé a las doce y media, hice lo que tenía que hacer. Ellos hacen muchos filtros.
¿Cuántos filtros le tocó pasar?
Cuatro. Pero en la segunda ya me tocó caminar sola en vestido de baño. Luego llaman a mi agencia y dicen que van a empezar a trabajar conmigo. Lo primero que hice fue un desfile, en Orlando, donde muestran la colección seis meses antes de que la saquen a las tiendas. Trabajé con ellos alrededor de un año y medio sin problema.
“Si me quito el maquillaje soy de 19, muerta de la risa. Y bien maquillada, creería que puedo ser una mujer de 30”.
Ángel por una vez
¿Qué identifica a la mujer colombiana?
Somos muy cálidas y como mujeres somos muy mamás.
Y eso en la pasarela, ¿cómo se traduce?
Tu tienes como una forma de brillar única.
Todo el mundo quiere ver una pasarela de Victoria’s Secret.
Obvio, los tiquetes no se venden, se merecen. Todo invitado que está ahí es porque tiene que estar ahí.
¿Cómo modelo siente la diferencia con otras pasarelas?
Si, es muy diferente. ¡Luces por todos lados! La pasarela era una gran equis. Tenía unas pantallas LED en el techo y a los lados, y había una banda que tocaba en vivo.
¿Cómo es ese primer paso en una pasarela de un ángel de Victoria's Secret?
Estás como en una cabinita, está todo oscuro y solamente hay una cortina que se abre y se cierra, y la que entra es la que pasa y la otra se queda atrás. Rae es la mujer que te abre y te cierra la cortina. Con ella he trabajado muchísimas veces en Miami Fashion Week. Yo le digo que estoy cagada del susto y ella me coge la mano y me dice que no, que si llegué hasta acá es por algo, me abre la cortina, entró en escena y lo único que veo es una luz gigante.
¿Es distinta la manera de moverse?
Lo normal es que uno no ve a la gente, no ves nada. En este desfile en particular tienes que tener interacción con la gente y ahí es donde se complica la cosa un poquito. El espectador se tiene que sentir parte del show.
¿Cómo estaba vestida?
Tuve tres cambios distintos. El primero era como un baby doll rosadito, transparente, con una tanga rosadita también. Se veía todo el estómago. Tenía unos zapatos dorados altísimos, de más de 20 centímetros. Tenía el pelo crespo.
¿Qué oye mientras desfila?
Mi corazón, a cincuenta mil. Trato muchísimo de pensar en mis piernas, derecha, izquierda, derecha, izquierda y respirar suave para que los latidos no se desboquen.
¿Y los brazos?
Los brazos hacen lo que se les da la gana. Ellos se van. En la primera salida estás muerta del susto. La segunda es mejor y la tercera es más fácil.
¿Y qué cambia?
La primera es como entrar a un cuarto oscuro, ¿sabes? La segunda, vuelves a entrar al mismo cuarto oscuro, pero ya sabes dónde está el espejo, porque ya te fijaste.
¿Cuánto dura esa primera entrada en escena?
Nada. Es más lo que esperas que lo que pasa. Dura un minuto y medio, pero se te hace eterno.
¿Todo comienza con un poco de miedo?
Tener miedo para mí es importante, en cualquier cosa que haga. Si no le tengo un poquito de miedo, no lo hago. Siento que no respeto suficiente lo que voy a hacer.
¿Qué se siente después de haber desfilado como ángel de Victoria's Secret?
Había niñas llorando, me acuerdo mucho de una amiga mía que se llama Suame, ella nunca llegó a pensar que llegaría a hacer eso en su vida y lo hizo. Yo la veía y no paraba de llorar. Es lindo. Es como, confirmación y realización de lo que estás haciendo.
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No deja de hablar mientras le sirven su sopa de tomate y su ensalada de pollo saludable, pero cuando llega mi bistec y sobre todo mi piscina de papas a la francesa, frena en seco su charla mientras veo como su mano coge impulso para zambullirse en mi plato, pero al final se arrepiente y como el bañista que únicamente se atreve a tocar el agua con un dedo del pie, toma una papa, una sola, la mira con fruición y la muerde con pasión profunda en un extremo, después con la misma lentitud, deja la misma papa decapitada en su plato. Hasta ahí llega este pequeño show de su frívolo pecado.
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“Ahora quiero actuar porque me encanta la idea de que te presten otra vida”, cuenta Andrea, quien recientemente estuvo presentando varios casting en Bogotá.
“¡A cobrar más caro!”
¿Cuántas privaciones por culpa del modelaje?
Dieta y ejercicio a la lata, y yo odio hacer ejercicio. No puedes comer sal ni azúcar y olvídate de un postre o un helado o de trasnocharte, o de un trago, chao, olvídese. Es mucho. Es entrenar como si fueras un gladiador, es horrible. No se puede comer carne, no se puede comer pan, es más bien como una dieta de blancos y verdes, siendo los vegetales entre más verdes mejor y las carnes entre más blancas mejor. Pero por ese minuto y veinte segundos vale la pena.
¿Qué pasa después?
Después de eso, pues a ¡cobrar más caro! Ya tienes otro status para trabajos más grandes. Imagínate que tu estás en un buffet de abogados y eres el chico de las fotocopias y de repente te dan un caso el hijuemadre, imposible de resolver y lo resuelves. Como no voy a cobrar mucho más. Los clientes se tienen que enterar de que tu estuviste ahí, y tienen que aumentar su paga.
Después de desfilar para Victoria’s Secret, ¿cuánto ganó en su primer contrato?
No me acuerdo de mi primer contrato. Pero sí sé que en el de Ford, que salgo 3 segundos en el comercial, ni siquiera era la principal, y al final del año me había ganado 39 mil dólares, en ese comercial solamente.
¿Qué hace con esa plata?
Yo ayudo a mis papás.
¿Y sigue mandando plata a Guacarí?
Siempre lo he hecho. Hay una cuenta que es conjunta. Los meses que gano más mando más, los meses que me gano menos, mando menos. Mi hermano hace lo mismo, mis papás hacen lo mismo. Todos llevan plata ahí. El día que pasen los meses y no haya trabajo, se saca de esa cuenta y yo me sostengo sin ningún problema. Igual allá, que se dañó la nevera y toca comprar otra nevera, la plata sale de esa cuenta.
¿Y ha invertido?
Invertí en el negocio de panes de mi hermano Adolfo en Argentina. Realmente solo esa inversión y en estudio. Estudio cada vez que puedo.
¿Qué fue lo último que estudió?
Actuación, hice un año en Acting for Film, en el New York Film Academy en Nueva York. Entonces todo este año pasado me dediqué a estudiar al mil por ciento, hacía trabajos que eran directos, pero después de eso, no, no hacía casting, no hacía audiciones, no nada. Estaba súper metida en lo de actuar
¿Por qué quiere actuar ahora?
Porque me encanta la idea de que te presten otra vida, y vivirlo 100% de una manera ficticia, me encanta. Me quiero ganar un Óscar algún día, ¿sabes?
¿Y ya empezó?
Ya he actuado. Lo última que hice fue una comedia para HBO que se llama Ballers.
¿Qué papel hace?
Me llamo Brea, me dicen “Bri”. Soy una de las del show con unos jugadores de fútbol americano, pero entonces tienen un mánager que no les presta mucha atención, es medio comedia y siempre están de fiesta. Y yo ayudo a recolectar evidencia de lo que están haciendo para extorsionarlos.
¿Y cómo lo hace de mala?
Bien. Me sale mejor que el de buena. No me gusta, simplemente me sale mejor.
¿Cuántos novios ha tenido en su vida?
Ocho con el actual.
¿Qué es lo más complicado de vivir con usted?
Esa pensada en equipo me cuesta un poquito, porque te acostumbras a que todo es a tu forma, porque estás sola y todas las decisiones las tomas tú. También me pegan durísimo las hormonas, en esa cuestión sí soy una mamera. Te lo juro. Me vuelvo un demonio. Peleo sola.
“Tener miedo para mí es importante en cualquier cosa que haga”, precisa la modelo vallecaucana, y enfatiza que “las colombianas somos muy cálidas y como mujeres somos muy mamás”.
En Guacarí no hay semáforos
Si no hubiera salido de Guacarí, ¿qué sería hoy?
Probablemente profesora de manualidades o de pintura, te juro por Dios que soy muy buena en eso.
¿Por qué profesora?
Porque Guacarí se enfatiza en formar profesores. Son muy buenos en eso. La mayoría de la gente del pueblo es docente. Si no es ahí mismo en el pueblo, trabajan en Buga, o en no sé donde, pero todos son docentes.
Su mamá es profesora.
Mi mamá, María Soraya, es profesora. Es hermosa y nunca pudo ser modelo. Y mi papá, Adolfo Escobar, es de una familia súper pobre de Guacarí. Él terminó la universidad cuando estaba grande. Estudió ingeniería industrial. Pero él hizo de todo. Fue boxeador, fue ¿cómo se llama? Estas personas que arreglan a los muertos antes de que los llevas a la funeraria... fue actor, panadero, recogió algodón. Hizo de todo.
¿Cuántos habitantes puede tener Guacarí?
¿Yo diría 44 mil habitantes? Y no hay semáforos.
¿Desde siempre quiso modelar?
Como a los 11 años, veo un comercial en televisión, de hecho es Top Class en Cali, y le dije: “bueno papá, yo quiero ser modelo”. Y de repente, para mi cumpleaños, me llega con media beca y me dice que va a pagar el resto.
Pero eso era en Cali, ¿cómo hacía?
Viajábamos con mi papá dos horas en bus todos los sábados, él se pasaba todo el sábado por ahí bobeando, mientras yo estaba en clase de 10 de la mañana a 5 de la tarde. Estudié ahí dos años solamente, hasta los 13.
¿Y ahí qué pasa?
Ahí termino ese curso y hago un concurso que se llama Niña Valle y quedo de segunda, y es la primera vez que soy la segunda en algo en mi vida entera. En natación soy la primera, en la escuela, en el colegio, soy la primera, hizo bandera, me llevo diploma, tengo medallitas de honor y de repente, segunda.
¿Y qué hace?
Vengo a Bogotá a participar en Elite Colombia, otra inversión familiar que no teníamos planeada, nos venimos en bus con mi papá, y me lo gano. Éramos 75 niñas. El día anterior a que me eligieran la Elite Colombia, me quitaron los brackets.
¿Compitió con brackets?
Si. Siempre tuve aparatos en la boca, siempre.
Como ganadora, ¿qué tenía que hacer?
Ir a Singapur a competir. Entonces era otro gasto.
Sabía que era en Asia, sabía que era muy muy lejos. Iba con mi mánager de ese momento, un camarógrafo y nadie más, y yo no los conocía muy bien a los dos. Un mes sin mi familia, un mes sin hablarles. No gané pero fue muy valioso ocupar el puesto 16 entre 200 niñas, todas más o menos de la misma edad, la más grande tenía dieciocho.
Un mal recuerdo.
Todos los días a las tres y media de la mañana tenía que estar abajo y me tenían que cepillar el pelo y yo odiaba la idea, porque a las seis de la mañana empezábamos a hacer fotos, visitas, cosas.
Y una postal inolvidable.
Un zoológico nocturno en un tour solo para nosotras, con animales que yo ni siquiera conocía y que su vida comienza en la noche, divino me pareció.
¿Después de Singapur qué viene?
Cambié de agencia. Llegué con Michele Pommier Models en Miami. Estuve con ellos un año y después me cambié a Front Models, con quien hice Victoria’s Secret y ahora estoy en Next Models.
“Tu tienes una fecha de caducidad cuando eres modelo. En NY toda agencia tiene su página web de 18 a 22 años, y si tu tienes 23, no te aceptan”.
El hombre del tabaco
El primer impacto de Miami.
Tu te bajas del avión y un taxi es un Mercedes. ¿Cómo hijuemadres el taxi es un Mercedes si en Guacarí no hay un Mercedes, ¿si me entiendes?
¿Cuánto dura en Miami?
Hasta el año pasado estuve ahí, fueron como doce años allá.
¿Su primer trabajo en Miami?
Fue con Roberto Cavalli y tuvimos contrato por seis años. Eran desfiles.
¿Su primer trabajo con Cavalli?
El día de su cumpleaños fue el día que yo trabajé para él por primera vez en mi vida. Hicimos el desfile que se hizo alrededor de la piscina, súper lindo, después yo me siento y llega un señor con un tabaco y se sienta al lado mío y empezamos a hablar de la vida. ¡Era él! ¡Yo que nací en Guacarí, estoy trabajando con Roberto Cavalli!
¿Qué extrañaba de Guacarí mientras trabajaba en Miami?
Un bosque como el de Madrevieja, que cuando el río Cauca se crece, sale y desborda este terreno y se forman dentro de él lagos.
Después de Cavali, ¿qué viene?
Trabajé con Tommy HIlfiger, con Cartier, con Bulgari, con esa agencia hice muchísimas pasarelas, catálogos, comerciales...
¿Toda esa cantidad de trabajo ha pasado entre qué edades?
De los quince a hasta ahora porque todavía lo hago.
¿Por qué tanto afán de hacer las cosas rápido?
Porque es así. Tu tienes una fecha de caducidad cuando eres modelo. Entonces, empiezas y tienes 13 años, y terminas, no sé, de 23 años. En Nueva York toda agencia tiene su página web de 18 a 22 años y si tu tienes 23, no te aceptan.
¿Algún cirujano le ha propuesto algún “arreglito”?
¡No! Pienso que es necesario en algún momento de la vida pero todavía no me toca.
¿En qué momento de la vida?
Cuando mi cuerpo le haga más caso a la gravedad que a mí, y todo vaya para abajo.
Su frase de todos los días.
Yes to all.
***
El pantalón negro de cuero y la camiseta ancha sembrada de calaveritas, no logran ocultar su bella anatomía que formó en la piscina del polideportivo de su pueblo valluno, a donde iba de niña todos los días para matar el aburrimiento, y por mil pesos podía nadar todo el día. Así su vida salió a flote.
Fotos: Juan Arellano
Locación: Bar Floyd, calle 86A # 13 A.
Producción general: Mónica Ma. Moreno.
Estilismo: Beatriz Arango.
Accesorios: Liza Echeverry.
Maquillaje y peinado: Norma Jane.
Cachetero: Diego Guarnizo.
Bustier: Historia de Amor, en Dulce Menta.
Aretes: Liza Echeverry.
Calzado: Zara.