Caterine Ibargüen se ha ganado el corazón de los colombianos, no solo por su increíble trayectoria como deportista, sino también por su participación en la actual temporada de Masterchef Celebrity Colombia.
La nacida en Apartadó, Antioquia, ha deslumbrado a los televidentes con su sonrisa, su carisma y, sobre todo, con su increíble talento en la cocina. Asimismo, ha sabido hacer amistad con sus compañeros del reality, mismos que no dudan en exaltar la personalidad de Ibargüen y su hermoso carisma en videos que ya se han hecho virales en redes sociales.
Sigue a Cromos en WhatsAppSin embargo, más allá de su personalidad y encanto, en los últimos días se ha empezado a hablar mucho de los cambios físicos que ha tenido Caterine a lo largo de su vida, siendo el contraste más popular cómo se veía hace 20 años, cuando tuvo la oportunidad de representar a Colombia en los Juegos Olímpicos que se desarrollaron en la ciudad de Atenas, Grecia, en 2004.
Así se veía Caterine Ibargüen en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004
En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, el mundo fue testigo del debut de una joven atleta colombiana que, aunque no lo sabíamos entonces, se convertiría en una de las figuras más destacadas del atletismo mundial. Con tan solo 20 años, Caterine llegó a la pista olímpica llena de energía, determinación y con la mirada puesta en un futuro prometedor.
En aquella época, Caterine lucía diferente a la imagen que hoy todos conocemos. Su look reflejaba la frescura de la juventud y el entusiasmo de una atleta en ascenso. Llevaba su cabello natural, corto y con un estilo sencillo, una imagen que contrasta con su apariencia actual, donde la vemos con elaboradas trenzas y una presencia mucho más madura y segura.
Caterine Ibargüen debutó en los Juegos de Atenas en 2004. Lo hizo en salto de altura.
— Run4Fun (@_r4fun_) July 30, 2021
8 años después consiguió la medalla de plata en los Juegos de Londres participando en otra disciplina: triple salto👀
Y 4 años después, en Río 2016 lo consiguió. Oro.pic.twitter.com/DHur9RhTmz
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Su uniforme, como el de todos los atletas colombianos, llevaba los colores amarillo, azul y rojo, pero lo que realmente destacaba era su sonrisa y la pasión con la que competía. Aunque no logró obtener una medalla en Atenas, su participación fue crucial para su desarrollo profesional y personal. En aquel entonces, Caterine competía en salto alto, una disciplina que eventualmente cambiaría por el salto triple, donde finalmente alcanzaría la gloria olímpica (una medalla de plata en Londres 2012 y una de oro en Río 2016).
El recuerdo de Caterine en los Juegos de Atenas es un testimonio de su evolución y perseverancia. Esa joven prometedora se transformó en una campeona mundial y olímpica, inspirando a millones de personas en Colombia y alrededor del mundo. Su trayectoria es un ejemplo de cómo la dedicación y el esfuerzo pueden transformar los sueños en realidad, y su debut en 2004 fue solo el comienzo de una carrera llena de éxitos y reconocimiento.
*Contenido generado con asistencia de la IA.