La reciente elección de Catalina Duque como Señorita Colombia 2024 confirma que el Concurso Nacional de Belleza está evolucionando hacia un concepto de belleza integral. Hoy, la reina de Colombia no es solo la mujer más bella del país, sino una profesional capacitada, consciente de su impacto social y preparada para influir positivamente en la sociedad.
Catalina, de Antioquia, es un ejemplo: graduada en Comunicación Social y especializada en Mercadeo Digital, no solo se destaca por su presencia, sino también por su formación académica y su rol en Cementos Argos.
Sigue a Cromos en WhatsAppCatalina Duque Abréu: ejemplo de la belleza integral de la mujer colombiana
El concurso, tradicionalmente centrado en la belleza física, ha buscado en los últimos años quitar del imaginario que “la bonita no puede ser linda e inteligente a la vez”. De hecho, participantes de ediciones anteriores como la mismísima Paola Turbay, Taliana Vargas (hoy primera dama de Cali), Valery Domínguez, entre otras, han sido ejemplo de lo que la mujer colombiana ‘verraca’ y dedicada puede alcanzar en áreas de gran potencial social como el arte y el emprendimiento.
Sin embargo, así como el mundo cambia día tras día, los concursos de belleza también lo han hecho, y el reinado de belleza nacional refleja ahora la necesidad de que sus participantes sean partícipes directas (incluso antes de ingresar al concurso) de los cambios sociales de gran relevancia para el país. Las candidatas deben demostrar habilidades de liderazgo y un interés genuino por contribuir a la sociedad. Nuestra nueva reina brilló en estas áreas, y su preparación académica y profesional fue determinante para obtener la corona en una reñida final contra la representante de Atlántico.
Ahora bien, este cambio responde a una tendencia que va más allá de Colombia: los certámenes de belleza modernos destacan mujeres con conciencia social y una visión que las convierte en agentes de cambio. Con su nueva plataforma, Duque representará a Colombia en el Miss Internacional 2025 en Japón, una oportunidad para mostrar al mundo el talento y preparación de la mujer colombiana.
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De esta forma, Catalina Duque redefine lo que significa ser reina en Colombia. Su coronación impulsa una visión de belleza que integra inteligencia, profesionalismo y compromiso social. Para muchos, esta última edición demostró que el Concurso Nacional de Belleza está dejando atrás estereotipos para convertirse en una plataforma que inspira a las nuevas generaciones, demostrando que la verdadera belleza se encuentra en un equilibrio entre lo externo y lo interno.
Como colombianos tenemos la tranquilidad y orgullo de que nuestra nueva soberana de la belleza será una embajadora nacional que podrá hablar de temas como el desarrollo, la economía digital y del poder de la educación sin ningún problema, representando una nueva faceta de lo que significa ser una “reina”.