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Clara Luz Roldán, la mujer detrás del deporte en Colombia

La directora de Coldeportes, le abrió las puertas de su oficina a Cromos para hablar de su vida, de sus costumbres y de lo que ha forjado.

Por Redacción Cromos
27 de febrero de 2018
Clara Luz Roldán

Clara Luz Roldán

 

Por: Camilo Amaya 

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Lo primero que llama la atención de Clara Luz Roldán es su gracia y su elegancia, su espontaneidad, su cordialidad inmediata. La primera mujer en llegar a la dirección de Coldeportes hace una pausa y se sienta a hablar de su vida. Recuerda que su vocación de líder empezó a destellar en el colegio Eucarístico de Bogotá, donde una profesora reaccionaria la cambió de puesto y la alejó de sus mejores amigas. Como respuesta, Clara Luz convenció al curso de no volver a responder una sola pregunta, convocó a una ley de silencio en una clase en la que todo el mundo participaba. “Desde ese momento me di cuenta que tenía la capacidad de estar a la cabeza de algo, de ser vocera”, dice modesta y siempre vigilante.  

 

 


Clara Luz mueve las manos mientras habla y su sonrisa es como un signo de puntuación después de cada frase. Se regresa en el tiempo hasta su primer trabajo como recepcionista en la vicepresidencia de Colpatria. “En ese trabajo no sonaba nunca el teléfono. Creo que contestaba una llamada al día y el resto aprovechaba para estudiar”. Luego, en su relato, viaja hasta esos días en los que comenzó a liderar proyectos estudiantiles en la Universidad Libre, de Cali. Nació en Medellín, vivió en Bogotá y se formó en el Valle del Cauca.

 

 


Empezó Economía en la Universidad Militar, de Bogotá, y terminó graduándose de administradora de empresas. Como  muchas mujeres colombianas, sacó adelante su carrera, cumpliendo los roles de estudiante, madre y trabajadora. Todo al mismo tiempo. Por eso comprende el significado del sacrificio y se solidariza con aquellas personas que demuestran ganas de trabajar y salir adelante. “Es difícil comprender a quienes tienen oportunidades y no se comprometen, pienso en todos los que las necesitan y no pueden acceder a ellas –afirma Clara Luz Roldán–. Me levantaba a las cinco, dejaba el mercado listo y me iba a trabajar, no sin antes alistar los cinco teteros de mi hija para que mi esposo se los calentara”. Desde ese entonces tiene el hábito de cumplir metas. Fue representante estudiantil, peleó por los alumnos y de a poco se metió en la vida política del campus. Quería defender lo que creía justo.

 

 


Después llegaron las invitaciones de Rusbel Rodríguez a las reuniones, sus primeros pasos apoyando causas sociales y las jornadas de salud con Dilian Francisca Toro, en los barrios más pobres de Cali. “No olvido cuando tenían que sacar las muelas sin anestesia, porque no alcanzaba para más. Eso te lleva a que quieras que todos tengan lo que tú tienes”. 

 

 


Clara Luz se levanta a las seis de la mañana y se acuesta casi a las 12 de la noche. No le gusta firmar documentos en la oficina. “Me ponen todos los papeles en una caja grande y cuando llego a mi casa, en mi cuarto, pongo las noticias, reviso cada papel y a firmar”. Es devota de la Virgen de la Milagrosa y del Jesús de la Misericordia. Siempre reza el rosario antes de salir de su casa, procura cocinar cuando tiene tiempo, por petición de su hijo, y no deja nada a la suerte. Le tiene miedo a las culebras, a la envidia de las personas y a la maldad de la gente. 

 

 

Foto: Daniel Álvarez 

Por Redacción Cromos

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