El día que Gabo entrevistó a Shakira y predijo su destino en la música: “intensa”

Era 1999. Shakira, con apenas 22 años, se abría paso en la industria musical con la fuerza de un huracán. Su álbum Dónde están los ladrones? la había catapultado más allá de Latinoamérica y su agenda era un torbellino de compromisos. En medio del frenesí, un periodista intentaba dar con ella sin éxito. Pero no era uno cualquiera: era Gabriel García Márquez.

La insistencia de Gabo finalmente rindió frutos. Cuando logró hablar con la barranquillera, ella le respondió con una frase que se quedó flotando en el aire: “Estoy viviendo”. Así, sin adornos ni explicaciones, la cantante resumía su existencia en ese instante, atrapada entre la música, la presión y el agotamiento.

Un retrato premonitorio de Gabo sobre Shakira

El Nobel de Literatura no solo quedó fascinado por la energía de la artista, sino que escribió sobre ella como si hubiese leído su futuro. En su artículo de 1999, describió a una joven intensa, barranquillera de alma y cuerpo, que soñaba con una casa frente al mar, dos caballos y la tranquilidad que su éxito le negaba.

Gabo reveló un dato impactante: tras cada concierto, Shakira estaba tan agotada que su equipo debía sostenerla para que no se desplomara. Luego, la subían a una camioneta donde recuperaba fuerzas antes de volver al escenario. Era la prueba de que la fama, más que un sueño, era una prueba de resistencia.

Pero García Márquez vio algo más allá del cansancio. Percibió una artista destinada a trascender el tiempo, con una identidad irrompible y una esencia única. La definió con palabras que hoy, más de dos décadas después, siguen siendo vigentes: “Se ve que es como ella quiso ser: inteligente, insegura, recatada, golosa, evasiva, intensa”.

Shakira, la excepción a la regla

Las palabras de Gabo resultaron proféticas. La mayoría de artistas que alcanzan la cima temprano suelen caer en picada o perderse en el olvido. Shakira, en cambio, ha sorteado el paso del tiempo con una habilidad que pocos logran. Ha cambiado de estilos, idiomas y hasta de escenario personal, pero nunca ha dejado de ser relevante.

A diferencia de muchos, no se ha conformado con el éxito. Ha reinventado su música sin perder su esencia, ha navegado escándalos y transformaciones sin que su brillo se apague. Como si hubiera descubierto el secreto para desafiar el tiempo.

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¿Un destino ya escrito para Shakira?

Hoy, cuando Shakira sigue llenando estadios, batiendo récords y sorprendiendo con cada lanzamiento, las palabras de García Márquez cobran aún más sentido. Él la vio antes que el resto del mundo comprendiera su magnitud.

En esa entrevista de 1999, el Nobel no solo retrató a una joven estrella en ascenso, sino que anticipó lo que estaba por venir: una artista eterna, capaz de reescribirse sin perder su identidad. Una barranquillera de hueso colorado, con el don, el método y la manera de hacer las cosas.

Tal vez, en algún rincón de esa casa frente al mar que alguna vez soñó, Shakira siga viviendo. Como le dijo a Gabo aquel día.