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Fabián Mendoza, un encanto en televisión

Con el premio India Catalina a mejor actor de reparto por su papel de Mario en la telenovela El secretario, Fabián Mendoza ganó su lugar como una de las nuevas figuras de la televisión nacional.  

Por Redacción Cromos
09 de marzo de 2012
Fabián Mendoza, un encanto en televisión

Fabián Mendoza, un encanto en televisión

En 1994 se montó en el carro de su tío Daniel con destino a Bogotá. Más exactamente a la academia superior de artes. Solo tenía 50.000 pesos en el bolsillo y la firme intención de convertirse en el mejor actor del país. Se presentó, pasó y se quedó. Y aunque fue un riesgo en su momento, el premio India Catalina que ganó recientemente en Cartagena es la prueba de que tomó la decisión correcta.

Aunque se la pase molestando y haciendo reír a sus compañeros de grabación (no es raro verlo con una nariz de payaso haciendo chistes en el set), Fabián se toma muy en serio su trabajo. Para el papel de Roberto Benavides en la serie Aquí no hay quien viva, no tuvo problema en ponerse en dieta estricta para las escenas donde apareció completamente desnudo: “Fue un poco intimidante pero lo volvería a hacer las veces que el personaje así lo requiera”. 

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Para él lo importante es hacer de un personaje de ficción, alguien creíble con el que la gente se identifique. Y al parecer, los televidentes comparten su intención.  “Encanto”, como se le conoce a su personaje de Mario en la telenovela El secretario, es uno de los más queridos por los colombianos.  Salir a la calle ya no es igual de solitario a cuando llegó a Bogotá.  Difícilmente puede salir a comer sin que la gente lo felicite por su actuación, o incluso lo regañe por las torpes jugadas que hace su personaje.

A pesar de ser un hombre bastante manipulable que trata de sacar ventaja de todo –cayendo en más de una ocasión en el ridículo–, Fabián ha logrado que la gente quiera y se compadezca de “Encanto”.  “Lo mejor de interpretarlo es cómo me hace sacar la locura y la estupidez que llevo adentro. Me pone en un estado de tontería absoluta. Esa falta de amor de Mario lo hace reaccionar de una manera muy simple”, le confesó a CROMOS con un tono de nostalgia, porque falta poco para que la telenovela termine. 

Lo que hace que la tristeza de despedirse sea mayor es que a pesar de las largas horas de grabación, de no tener fines de semana libres en más de una ocasión, estar en El secretario, más que un trabajo, es un juego. “Es una experiencia de muchas horas de crear, de imaginar, de ir a jugar como niños y esperar que el profesor no nos regañe por tener que cortar escenas por culpa de la risa”.

Y  es que, tras la obtención del India Catalina en la categoría de mejor actor de reparto, Fabián tiene todas las razones para no parar de reír. Tanto así que no le preocupa cuál será su próximo proyecto. Tiene claro que  desde que llegó a Bogotá en el carro de su tío, está en el lugar correcto.

Por Redacción Cromos

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