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Las escuelas en Inglaterra deberán modificar sus programas de educación sexual —que no habían tenido cambios desde el año 2000— para incluir temas como la menstruación, personas trans, relaciones entre personas del mismo sexo, temas LGTBI abuso sexual, mutilación genital femenina, salud mental, matrimonio forzado, pornografía y sexting.
“Casi 20 años después de la última actualización de las directrices sobre educación sexual, hay mucho que poner al día”, declaró Damian Hinds, Secretario de Educación, quien agregó que estos lineamientos deberían ayudar a los niños a prepararse para enfrentar el mundo en el que están creciendo, así como “fomentar el respeto a los demás y a la diversidad”.
Sigue a Cromos en WhatsAppLa medida ha recibido una fuerte oposición por parte de algunos padres y colegios religiosos al considerar que “adoctrina a los niños con una ideología específica en donde no existe ni el bien ni el mal” dijo Musa Mohammed padre de tres hijos, durante una manifestación realizada frente al parlamento británico en contra de la ley. “Estos son nuestros hijos; sus padres deben encargarse de ellos, no el estado”.
La parlamentaria Helen Jones por su parte, declaró que esta decisión no defiende opiniones en específico, sino que busca preparar a los niños para que se enfrenten al mundo tal como es: “Es menos probable que los jóvenes que reciben una buena educación sexual tengan sexo antes de tiempo; también es mucho más probable que se contagien de alguna enfermedad de transmisión sexual”, expresó.
El Secretario General de La Asociación Nacional de Sindicatos de Maestros de Mujeres Docentes (NASUWT), Chris Keates, también apoyó la iniciativa: “Las escuelas tienen un papel muy importante que desempeñar en la promoción de la igualdad LGBTI, que comienza con la garantía de que el plan de estudios sea inclusivo y que se envíe un mensaje contundente a toda la comunidad escolar de que no se tolerará el abuso o la intimidación de los homosexuales, bisexuales o transfóbicos".
El presupuesto para la implementación de este modelo será de 6 millones de libras esterlinas el cual estará destinado entre otros asuntos, a garantizar que los profesores cuenten con la suficiente preparación para abordar las nuevas asignaturas.
El nuevo programa desarrollado por el gobierno británico será obligatorio para todas las instituciones que reciban financiamiento público, incluyendo las de carácter religioso, y comenzará a implementarse desde septiembre de 2020.