Las ciudades más extrañas del mundo. ¿Te atreverías a visitarlas?
La mayoría se encuentran en Asia y algunas anticipan el futuro de la humanidad si no cuidamos la salud del planeta. Son conocidas por sus inclementes temperaturas, guerras civiles y contaminación nuclear.
Por Redacción Cromos
01 de junio de 2022
35 años de Chernóbil: los caballos salvajes que se apropiaron de la ciudad abandonada.
Najaf, Irak
Es tristemente conocida por tener el cementerio más grande del mundo. Se estima que tiene cerca de 5 millones de osarios. Gran parte de las víctimas del Estado Islámico -soldados y civiles chiítas- descansan en alguna parte de sus 6 km2. Visto desde el aire se asemeja a un pueblo pequeño con casas marfiles y cuadradas.
Coober Pedy, Australia
Es pequeña, pero impresionante. Unas 3.000 personas viven bajo el desierto australiano. La llaman la “Capital del ópalo”, por las costosas gemas que atraen a mineros de varias latitudes. Bajo tierra hay casas, iglesias, galerías de arte, comercios y hasta un hotel. Todas en fueron minas.
Jericó, Cisjordania
Le sobran curiosidades, y una de ellas es que está 260 metros bajo el nivel del mar. Además, es considerada por los historiadores como la ciudad más antigua del mundo. Sus hallazgos arqueológicos y religiosos revelan que está poblada hace 10 mil años. La administra la Autoridad Nacional Palestina.
Yakutsk, Rusia
Es posible vivir a -30° C, y el que lo quiera creer debe ir a esta zona de Siberia. En el verano la temperatura puede bordear los 30° C, aunque brevemente, porque a 450 kilómetros de su Centro Mundial del Mamut pretenden clonar al animal extinguido.
Sigue a Cromos en WhatsAppDamasco, Siria
The Economist publicó el ranquin de las ciudades más difíciles para vivir. El índice de habitabilidad, que mide el acceso a la salud, la seguridad y la infraestructura, tiene a la capital de Siria en el primer lugar. Su guerra civil mina su arquitectura, que incluye las ruinas del templo de Júpiter, la morada de Saladino y la mezquita de los Omeyas.
Chernóbil, Ucrania
En este punto todavía se sufren las consecuencias de la carrera nuclear que caracterizó a la Guerra Fría. El rompimiento de su reactor, el 26 de abril de 1986, contaminó a sus habitantes, su suelo, su agua y su aire. Los efectos de la radiactividad todavía se perciben en la ciudad de Pripyat, cuya población tuvo que ser evacuada. Hoy todo está abandonado.