Laura Isabel Varela: la oncóloga que le está ganando la batalla al cáncer
Laura Isabel Varela Restrepo es hematóloga y oncóloga clínica y “fui diagnosticada con un cáncer de la mama derecha en 2017″. Conoce su conmovedora historia aquí.
Por Redacción Cromos
28 de octubre de 2021
Laura Isabel Varela: la oncóloga, que le está ganando la batalla al cáncer
En octubre de 2017, en su autoexamen de rutina sintió una irregularidad en la mama derecha. “Fui a hacerme una ecografía y, como yo tengo prótesis, la ecografía no era clara, parecía un reborde, por lo que en ese momento se concluyó que no había hallazgos que sugirieran malignidad”, comenta Valera.
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“Sin embargo seguí muy pendiente en el autoexamen. En diciembre de 2017, un día saliendo del baño, me alcancé a ver un nodulito muy pequeño, llamé al mastólogo, era el Doctor Luis Gallón para solicitar una cita y hacerme una ecografía para ver si finalmente había alguna alteración o no.
Sigue a Cromos en WhatsAppLaura Isabel asistió a la cita y el doctor Gallón le confirmó que efectivamente era una lesión sospechosa de malignidad, que en las imágenes se clasificaba como un BI-RADS 4B, una clasificación radiológica de las lesiones y se debía realizar una biopsia. La noticia la recibió el 15 de diciembre de ese año.
Tres días después, le confirmaron que su patología resultó ser un carcinoma ductal infiltrante, que es el tipo más común del cáncer de mama, que tenía receptores hormonales positivos, y además había una proteína que en algunos tumores se sobre expresa que se llama HER2.
Con estos datos, Laura Isabel llamó a una colega cercana, la Doctora Sandra Franco. “Le conté este hallazgo de la patología e inmediatamente cuadramos todo para iniciar el proceso oncológico en la Clínica del Country. Allí fui valorada por excelentes profesionales especializados”, recuerda Laura.
Lo que se planteó inicialmente, al ser una lesión de un centímetro, fue realizar una cirugía primero y después se llevaría a cabo unos estudios genómicos que permitirían saber si necesitaría recibir o no quimioterapia. “Mientras hice la recuperación de la cirugía de mama, que fue un proceso perfecto, gracias a la Doctora Claudia Ramírez que fue mi cirujana, hice también un proceso de congelación de óvulos con el centro Asociados en fertilidad ubicados en Bogotá, ya que sí debía someterme a quimioterapia, podría dañar los óvulos” describió Varela.
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Finalmente llegó el resultado de las pruebas genómicas y estas indicaban que debía recibir quimioterapia. Al igual que sus pacientes, tuvo que ser sometida al procedimiento de colocación del catéter implantable, lo hizo el Doctor Carlos Lehman. Después de ello, iniciaron las quimioterapias.
“Recibí las quimios rojas, conocidas por todas las pacientes, que es una combinación de doxorrubicina con ciclofosfamida. Luego siguieron las quimioterapias blancas, que es el paquete de paclitaxel el semanal. Tuve mucha toxicidad, padecí gran parte de los efectos adversos de la quimioterapia, esto me ayudó enormemente a comprender lo que viven mis pacientes. Logré acabar la quimioterapia y, aproximadamente luego de un mes, tuve sesiones de radioterapia en la Clínica del Rosario en Medellín, lugar donde trabajo”, comentaba Varela al recordar estos días difíciles.
Conocer de qué se trata esta enfermedad es una forma de prevenir.
El equipo de radioterapia desarrolló un plan para Varela, el cual se ejecutó exitosamente. Como efecto secundario solo refiere la sensación de sentirse muy cansada durante varios días, pero no presentó algún otro tipo de problemas.
Posteriormente, en octubre de 2018, empezó su terapia de bloqueo hormonal doble con una inyección mensual y el tamoxifeno, que se usa en la mayoría de las mujeres que son premenopáusicas y tienen cáncer de mama.
Ya en esta etapa de la terapia hormonal, me sentía mucho mejor, me había recuperado de esa toxicidad que tuve con el tratamiento, la cual fue intensa, en especial con la quimioterapia. Tuvo que pasar un año para volver a sentirse igual que antes de ser diagnosticada.
“Hubo momentos difíciles, en especial el hecho de aceptar que hay cosas que no puedes controlar, debes ceder el control porque hay cosas que no puedes manejar, el hecho de aceptar que estás enfermo y debes hacer una pausa en el camino. El motivo de esto lo desconocemos y probablemente nunca tengamos esa respuesta”, comentó Laura Isabel.
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Para ella, esa pausa, ese tiempo es para uno, para recuperarse y dedicar la energía que se tiene a volver a estar bien te permite hacer un proceso muy interesante. “Es como volver a hacer una estratificación de las prioridades en tu vida, volver a determinar qué cosas merecen tener tu preocupación y cuáles no. Te hace valorar de sobremanera las amistades, la familia, el trabajo y sobre todo la salud”.
Todo esto lo pensé luego de haber salido de este huracán. Sí hubo días complicados, sobre todo en el punto de sentirme enferma. Afortunadamente, con todo el apoyo de mi familia y amigos, realmente el proceso se lleva de una mejor manera. Logré reencontrar a esos amigos verdaderos. Como hablaba con una amiga; es como volver a dejarse cuidar y permitir que otras personas asuman el control de otras situaciones, dejarse llevar por la corriente en un buen sentido. Las personas cercanas son una parte fundamental para afrontar todo esto.
No tuvo un día en el que por su mente pasaran pensamientos negativos, incluso la muerte no tuvo espacio en esos días, aun sabiendo como oncóloga y todo lo que puede pasar un paciente con cáncer, el sufrimiento, las toxicidades irreversibles entre otras complicaciones que se pueden presentar, pero no tuvieron lugar en su mente al aferrarse a la vida y querer seguir adelante.
“Me siento bendecida y afortunada, contar con personas que tienen ese amor incondicional por ti, que están ahí si quieres hablar y también cuando no quieres hablar, que están dispuestos a cuidarte y a caminar contigo ese camino que es engorroso en muchos momentos”
Hoy se siente mucho mejor, ha recuperado sus capacidades físicas y en muchos otros ámbitos está al 100%. Recibió una terapia que genera ciertas toxicidades que ha aprendido a manejar de la mano de su oncóloga y sus compañeros de cuidados paliativos. Ya lleva tres años de los cinco planteados para realizar la terapia hormonal.
“El mensaje que le puedo dar a otras mujeres que viven esta experiencia es que, si bien nadie quiere estar enfermo nunca, sí es posible aprender a sacar lo positivo en cada situación de la vida y, en este caso, yo he logrado convertirme en una mejor versión de mí misma. Todo esto gracias al amor y apoyo de mi familia y amigos. Sin embargo, a pesar de tener este apoyo externo, debemos mirar cómo podemos mejorar internamente, porque siempre podemos trabajar en nosotros para ser más felices, para vivir más tranquilos. Seguramente habrá días difíciles, pero es parte de la vida, no solo de esta situación y que siempre saldremos de ellas más fuertes. Si eres creyente, aférrate a esa parte espiritual, como sea que la vivas; si eres madre aférrate a ese anhelo de estar con tus hijos; entrégate a la idea de vivir y hacer eso que amas”.
“La vida es buena y siempre valdrá la pena enfrentar este huracán. Les digo no están solas, saldrán adelante. En mi caso me ayudó ser parte del grupo de las Gladiadoras de la Fundación Salud Querida, compartir con otras mujeres que están experimentando lo mismo, te hace sentir que no estás sola y que tienes un grupo de mujeres que están vibrando por salir adelante.