La peor noche para un entrenador es la previa a un partido contra un rival que, por más que lo haya estudiado, siempre será una amenaza. Cualquiera que juegue contra un equipo que tenga en sus filas a Linda Caicedo no puede dormir pensando en sus desbordes raudos, en su potencia en el mano a mano y en su derecha explosiva.
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Sigue a Cromos en WhatsAppHace rato Linda dejó de ser la promesa de una nación satélite en el fútbol femenino. Gracias a ella Colombia ocupa un lugar valioso cuando de mundiales se trata. El subcampeonato en la Copa América y haber clasificado a cuartos de final en el Mundial de Australia-Nueva Zelanda 2023 son un salto triple para un deporte que internamente se apoya poco desde lo público y lo privado.
Si bien aún está lejos de España, Inglaterra y Estados Unidos, la tricolor cuenta con una estrella capaz de desvelar a cualquier potencia. Gracias al talento de jugadoras como Linda, el fútbol sigue su dinámica de lo impensado. Atacantes de sus quilates, además de eliminar brechas, tienen un impacto positivo a nivel de equidad e inspiración.
Linda Caicedo y su lucha contra el cáncer
Dicen que las derrotas forman más que las victorias. Si le preguntáramos a Linda si lo anterior es cierto, en su caso diría que no. De todas las batallas que ha librado, el cáncer de ovario es la prueba espinosa que forjó su personalidad. A los 15 años se lo detectaron y hasta hace poco terminó el tratamiento. “Fui bendecida de pasar ese momento tan difícil que tuve en mi vida y también a mis familiares que estuvieron ahí, apoyándome”, confesó en una entrevista.
En 2020, cuando jugaba en Deportivo Cali, le diagnosticaron un teratoma inmaduro, que en resumen es un tipo de cáncer de ovario que suele presentarse en menores de edad, concretamente en la pubertad. A sus 18 años, Linda sabe lo que es pasar por una extracción de tumor y una quimioterapia. Entre abril y septiembre de 2020 (en plena pandemia), el diamante en bruto que tenía el Deportivo Cali se enfrentó al oponente que siempre ha trasnochado a la humanidad.
En la Fundación Valle de Lili aprendió a lidiar con la adversidad, perdió su melena, pero no la esperanza de retornar a las canchas. Sus compañeras de equipo de entonces, Jorelyn Carabalí y Carolina Arias, fueron claves para darle ánimo durante el proceso.
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A pesar del cáncer, su rendimiento no menguó y al retornar a los entrenamientos continuó siendo la crack de antes, solo que con más carácter, siempre portando la medalla invisible de los que superan un reto que de solo nombrarlo produce escalofríos.
Deportivo Cali ganó el campeonato en 2021 y desde entonces el ascenso de Linda se viene universalizando. Primero fue la lideresa de la selección de Colombia sub17 que quedó subcampeona del Mundial de India 2022 y posteriormente fue protagonista en el último certamen de mayores que cerró con la mejor participación del país en una Copa del Mundo.
Todavía no completa un año en el Real Madrid y ya es una de las estrellas que amenaza la hegemonía del Barcelona y el Athletic Club. Sin ser triunfalistas, muchos añoran con que se convierta en la mejor jugadora y su juventud no eclipsa la realidad: es la guía de una selección que le traerá más alegrías a Colombia. Con una gambeta y una potencia como la de Linda se vale soñar en grande, como lo hicieron los argentinos con Lionel Messi.
