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¿Mamá dónde están los juguetes?: su origen, su crudeza y la repulsión que produce

El clásico venezolano es adorado por algunos y despreciado por muchos por su letra triste, hiperrealista y por la carga de culpa que queda en el niño amante de los villancicos qué sí recibe regalos en Navidad.

Por Redacción Cromos
22 de diciembre de 2022
¿Mamá dónde están los juguetes?:
Fotografía por: Pantallazo

Para algunos oyentes se siente como un trago amargo, de los que entran con dolor al torrente sanguíneo. Hay familias que ya no se la ponen a sus pequeños; otras, en cambio, consideran que ¿Mamá dónde están los juguetes? tiene un mensaje poderoso, pues enseña a valorar lo que se tiene, por pequeño que sea.

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A continuación, trataremos de mostrar las dos caras de la moneda: la positiva y la otra, que sin mucho convencimiento, decimos que es negativa.

¿Mamá dónde están los juguetes?: el que la escribió y la mujer que la canta

Venezuela es el país en el que se escribió este clásico decembrino. Su autor es el maestro Oswaldo Oropeza, quien hábilmente se basó en la figura del niño Jesús en vez de Papá Noel al momento de dar obsequios.

Según un artículo publicado por el portal de la Radio Nacional de Colombia, “Oropeza quiso plasmar en su composición la realidad que viven muchos niños, ya que no todos tienen el privilegio de recibir un juguete o regalo para Navidad. La encargada de interpretar la canción fue Raquel Castaños, cantante y actriz venezolana, quién grabó la canción cuando tenía alrededor de seis años”.

La letra de la canción

“Mamá, ¿dónde están los juguetes? Mamá, el Niño no los trajo¿Será que no vio tu cartita Que pusiste en la noche Sobre tus chancletitas?

Mamá, hoy me siento muy triste Mamá, ¿el Niño no me quiere? ¿Será que tú hiciste algo malo Y el Niñito lo supo? Por eso no los trajo

Mi amor, ya no te sientas triste Mi amor, si a tu lado me tienes Y así, esperaremos juntos Rezaremos al cielo Hasta el año que viene Y así, esperaremos juntos Rezaremos al cielo Hasta el año que viene”.

Lo positivo del villancico

No me equivoco al asegurar que esta pieza bien podría enmarcarse en el bolso de la “protesta” o “canción social” (fue estrenada en 1962). Su letra refleja la situación de millones de niños y niñas, por eso hay que tomársela en serio, no es letra muerta, es letra de denuncia.

Su simpleza contrasta con su dureza, ambas características no riñen, conviven y resisten al paso del tiempo. Casi todos los habitantes de Colombia la conocen, la han oído al menos una vez en sus afortunadas (o desdichadas existencias).

Navidad es una de las fechas más deseadas por el comercio, y los deseos de los niños son una mina de oro. Arde pensar en un menor de edad sin un regalo, más sabiendo que la industria de juguetes produce tantos productos que todos los niños de la Tierra podrían tener al menos uno. Es decir, diciembre es un mes en el que la desigualdad brilla, el último mes del año dibuja la desigualdad creciente en un mundo hiperconsumista.

Lo negativo

¿Mamá dónde están los juguetes? cae como sal en la herida, inyecta la culpa a los niños y a las niñas que reciben regalos y atiza la tristeza en aquellos que se quedan con las manos vacías el 25 de diciembre. Quizás por estos dos motivos es un villancico que está cancelado en miles de hogares colombianos.

Dicho lo anterior, la pregunta que queda es: ¿es mejor escucharla o darle la espalda? A mi consideración, cancelarla es un error, estudiarla, en cambio, es un acierto, más en el contexto que es cuna de desigualdades.

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Redacción Cromos

Por Redacción Cromos

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