Más kilómetros de vida: la inspiradora historia de Flor María López
Flor María López encontró en el deporte una nueva vida. Tras 20 años de carreras y kilómetros sumados, no se cansa de sugerirles a grandes y chicos que moverse es la mejor actividad para que mente y cuerpo estén en óptimas condiciones.
Por Redacción Cromos
21 de julio de 2023
El deporte tiene un superpoder único, las palabras se quedan cortas para describir sus bondades. Justamente, la historia de Flor María López demuestra el impacto transformador que genera la actividad física en el bienestar de las personas.
A sus 75 años trota todas las semanas mínimo tres veces. Lo que inició a sus 55 como un pasatiempo se convirtió en su filosofía de vida. “Gracias al deporte cualquier persona puede vivir nuevamente, yo creo que practicarlo le permite renacer con fuerza y valentía”, dice la runner que acaba de recibir su medalla número 100 en la Carrera Atlética Compensar.
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Practicar un deporte requiere disciplina, más si se trata de mantener el ritmo para recorrer determinada cantidad de kilómetros. El running, a diferencia de los deportes colectivos como el fútbol y el básquet, exige la mezcla de repetición y método.
Sigue a Cromos en WhatsAppQuizás por lo anterior no es una actividad para todo el mundo. “Me preparo para una carrera en el Parque Simón Bolívar de Bogotá, y la tonificación muscular y la resistencia la trabajo en el gimnasio con mi nieto, él es mi entrenador, él no acepta que yo haga las cosas mal, por ejemplo, que me ponga a hablar con otra persona. Me dice ‘abuelita llegó fue al gimnasio’. Hago sentadillas y calentamos para evitar lesiones”, afirma.
Antes de cumplir 60 años, Flor María se enfrentó a un evento de depresión que menguó su calidad de vida. Encontrarse con runners en la calle fue la motivación para que ella le abriera la puerta al deporte. Esta madre consagrada dedicada al hogar encontró en el arte de trotar el antídoto para mejorar su calidad de vida; esta práctica la hace sentir más vigorosa física y mentalmente. Fue aprendiendo poco a poco, primero ensayó con clases de baile al aire libre y posteriormente probó suerte en el trote. “Vivía entregada a mi casa, todo brillaba, si entraba una persona me decía ‘huy, pero que casa tan bonita señora’. Pero yo no me preocupaba por mí”.
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Desde hace dos décadas Flor procura estar en todas las carreras que se cruzan en su camino. Participa en las modalidades de 5k, 10k, 15k y hasta 21k. Sus hijos la ayudan a inscribirse, y para ella, es esencial tener la indumentaria que entregan antes de cada carrera.
Para Flor la indumentaria simboliza lo hecho con ahínco, en otras palabras, es el certificado del esfuerzo, y la medalla, el premio a la tenacidad y el tesoro que la hace brillar entre toda la multitud, es más, un día una señora le dijo “Doña Flor, cuando usted va a ir una carrera, se le nota esa iluminación, la alegría de correr”.
Su más reciente participación fue en la Carrera Atlética Compensar que tuvo su segunda edición el pasado 9 de julio. Flor María estuvo en su salsa: corrió con miles de colegas runners en un terreno que conoce como la palma de su mano: el Parque Metropolitano Simón Bolívar, su lugar de entrenamiento. Al final, más allá de los récords, lo que más le importa es estar en paz consigo misma para asegurarse una vida saludable y activa, muy en contravía del cliché que refuerza la idea de que los adultos mayores son sedentarios.
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Por eso, su mensaje para los lectores de Cromos es inspirador para que, sin importar la edad, abracen el deporte como un hábito poderoso, capaz de sanar por dentro y por fuera: “Podemos cambiar a través de lo que nos guste practicar. Yo era una persona que no pensaba mucho en mí misma y tenía un carácter fuerte. Ahorita soy más relajada, feliz, tranquila, y así debemos ser”.